El análisis fue encargado por el instituto chileno para conocer el impacto de su gestión en el desarrollo del sector agroalimentario.
FLEXbio es el nombre de un bioplástico derivado del aserrín, que por ser biodegradable y compostable se convierte en un producto competitivo y sustentable para elaborar diversos insumos utilizados en la agricultura. Aquí, la historia de esta pionera iniciativa que acaba de ganar un premio internacional.
La iniciativa es ejecutada por la Universidad San Sebastián y financiada por el Gobierno Regional del Biobío, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad FIC.
El servicio tendría un costo de \$ 50 mil al mes para empresas con 200 trabajadores y proyecta llegar 30 organizaciones este año del sector minería y construcción. Equipo está ad portas de recibir su patentamiento.
Andrés Couve pudo observar in situ el trabajo en transferencia de tecnologías que se desarrolla en el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados, destinado al progreso productivo regional y que son extrapolables a otras zonas del país.