Si Europa con toda su diversidad cultural, étnica, religiosa, lingüística etc. es capaz de unirse en torno consensos, no debería serlo tan difícil en Chile. El proceso constituyente nos espera para poner a prueba la ansiada unidad humana.
Al permitir la visita de tus emociones, estás siendo honesto contigo, ya que no estás intentando cambiar ni rechazar nada.