La idea es que la inflación no desplace la prioridad de empresas para innovar e impulsar la articulación de una gobernanza que permita mantener el trabajo colaborativo e interdisciplinario, entre otros.
Permitiría acelerar la solución al déficit habitacional en Chile que hoy bordea las 700 mil viviendas. Más de 40 investigadores trabajarán para elevar la productividad de la industria e incorporar ciencia y tecnología entre otros.
No invertir en ciencia e innovación tiene costos: la importación obligada de bienes y servicios cuyos precios son imposibles de controlar, la matriz productiva dependiente de recursos naturales, los altos costos sociales y el retraso en los procesos de desarrollo del país.
Inversión de \$150 millones permitirá en el ejercicio de 12 meses declarar una propuesta con plataformas a visualizar y considera un seguimiento a 10 años. Focos estarán en la equidad de género, descentralización, inclusión y cooperación.
Imitemos la innovación abierta: pongamos a disposición de otros nuestras capacidades. Hay actores de nuestro propio entorno que tal vez están comenzando literalmente o bien recomenzando luego de dos años de pandemia y todo lo que ello implicó. Hagamos de nuestro retorno una oportunidad de aprender.
Mejorar condiciones del trabajador, capacitación e incorporar nuevas tecnologías y más innovación serían algunas de las claves.