Las declaraciones resultan en un evidente y deseable contraste con las declaraciones usualmente incoloras y descomprometidas de personeros del Gobierno ante he-chos reiteradamente violentos por parte de gente siempre anónima.
Se observa un fenómeno de tolerancia social en el cual el consumo de cannabis se ha desdramatizado, sin considerar recientes investigaciones que demuestran trastornos fisiológicos y funcionales sobre el cerebro en desarrollo producidos por esta droga.
En doctos ensayos e innúmeros simposios, se ha declarado que el siglo XXI tendrá como gran problema enfrentar la violencia.
Resultaría imperdonable que las sucesivas autoridades edilicias penquistas perdieran de vista el siempre presente riesgo de perder la identidad de la ciudad.