Es triste la comparación con lo que invierte en Investigación y desarrollo que corresponde a un 0.4%, o sea, en delincuencia se gasta seis veces más que en ciencia.
En las luchas de poder no hay nada más efectivo para controlar al prójimo que el miedo. Infundirlo como estrategia política suele dar buenos dividendos, ya sea por medio de la construcción de rumores o la difusión mediática.
Se hace necesaria una entidad que coordine las acciones de los municipios y de las seremías, cruzando toda la información disponible; una inteligencia centralizada que evite las grandes congestiones a las que ya nos hemos acostumbrado en el Gran Concepción.