Política

Exacadémico UdeC relata su 11 de septiembre de 1973

Docente jubilado de la casa de estudios penquista evoca lo que transcurrió hace cinco décadas en el campus universitario, el día del Golpe Militar, cuando se interrumpió la democracia en Chile.

Por: Diario Concepción 11 de Septiembre 2023
Fotografía: Isidoro Valenzuela

“Un recuerdo que nunca voy a olvidar”. Así comienza su relato Fernando Antinao Jeldres (82), Profesor de Historia y Geografía, académico jubilado de la Universidad de Concepción y quien a sus 32 años era parte de los docentes del Departamento de Geografía de esta casa de estudios, al que se había integrado después de haber ganado un concurso a fines del 72.

En ese momento, estaba casado y tenía tres hijos pequeños. Recuerda que vivía en Penco y al llegar a Concepción el 11 de septiembre de 1973, lo primero que llamó su atención fue el contingente de carabineros que rodeaba la casa del entonces intendente en Concepción, Fernando Álvarez Castillo. “El último intendente de Concepción, murió después en la comisaría de Carabineros, y su casa estaba rodeada de carabineros. No me pareció extraño porque era un momento de tensión y pensamos que la resguardaban porque era la principal autoridad regional”, evoca.

Continúa recordando que “solo cuando llegué al Departamento me di cuenta de que algo raro había y en el Departamento ya se sabía del Golpe de Estado”.

Tras su llegada al campus, fue testigo junto a otros colegas como por la calle Edmundo Larenas y cerca del Tecnológico Mecánico, comenzaron a entrar en la universidad vehículos militares. “Camiones antiguos de soldados, llevaban atrás unos cañones y nos dimos cuenta de que el asunto era bastante más serio de lo que se pensaba. Esos camiones llenos de soldados se dirigían al hogar central de la universidad y a las cabinas que estaban detrás para ocuparlas y tomar prisioneros a los que ellos seguramente andaban buscando, que probablemente eran dirigentes estudiantiles. En ese tiempo los estudiantes eran muy activos”, detalla.

Los recuerdos del Prof. Antinao son claros. En dicha época las denominadas cabinas del campus central de la Universidad de Concepción eran hogares estudiantiles. Sus memorias, además, concuerdan con lo que informaba la prensa internacional ese mismo año. De hecho, un reportaje de la BBC recientemente liberado al mundo, pero que fue originalmente transmitido en diciembre de 1973, cuenta en 6 mil los estudiantes, cuya matrícula fue cancelada en la Universidad de Concepción, en ese momento a cargo del rector-delegado Guillermo González Bastías.

“Los cursos quedaron desmantelados y tengo varios conocidos, que fueron alumnos míos en ese año que estuve haciendo clases, y la mayor parte de ellos no volvieron a aparecer. Además, creo que la Universidad de Concepción debe ser una de las universidades donde la represión fue más violenta, hablando de universidades en todo el país”, continúa relatando.

Exonerado

Tras lo ocurrido el 11, “la universidad estuvo cerrada algunos días y cuando nos convocaron, nos informaron que el Departamento de Geografía o Instituto Central de Geografía de esa época había sido cerrado. Había vuelto a la antigua organización que existía cuando yo entré a la carrera en 1959, que era un Departamento de Historia y Geografía”.

En esta reestructuración, él y otros cinco académicos del departamento fueron exonerados, con lo que se desarticula el que “era considerado uno de los Departamentos de Geografía más importantes del país”, comenta. Conmovido por este recuerdo, lee de inicio a fin la carta en la que se le informa de su exoneración, un documento que data del 31 de octubre del ‘73 y que fundamenta la decisión textualmente en “el convencimiento que (…) puede significar peligro para el orden y seguridad interna de la Universidad de Concepción que puede incidir en la seguridad nacional”.

Después de eso, el Prof. Antinao retoma el relato: “una de las cosas más siniestras que también recuerdo fue cuando nos convocaron para pagarnos el último sueldo a todos los profesores de la universidad. Creo que fue en la Casa del Deporte, no lo recuerdo bien, pero fue en un recinto cerrado. Y lo curioso es que no sabíamos si al recibir nuestro último sueldo íbamos a seguir libres o íbamos a caer presos. No fue el caso mío, afortunadamente. Varios fueron presos ahí en ese momento. Bueno, no todos se presentaron ahí a buscar su sueldo por temor a caer prisioneros. Pero los que fueron de buena fe, pensando que no les iba a pasar nada, algunos cayeron presos ahí”.

A partir de ese momento, entró a una lista negra que le impedía encontrar trabajo. “Me quedé en Chile intentando encontrar algún trabajo, en lo que fuera”. Después de un año de mantenerse con sus ahorros y de infructuosos esfuerzos por encontrar trabajo, “acepté el ofrecimiento de profesores franceses quienes me recibieron en la Universidad de Burdeos donde me dieron una beca y residencia estudiantil”. Esa salida del país debió iniciarla solo. Su señora y sus hijos, necesitaron sumarse meses más tarde, y fueron las mismas personas quienes apoyaron el traslado de la familia completa, esta vez a Argelia. Allí, trabajó en un organismo de planificación urbana durante dos años, tras lo cual se trasladaron a Mozambique, donde trabajó en el Ministerio de Cultura.

Fernando Antinao vuelve a Chile en 1986. A meses de su regreso, “tuve la posibilidad de trabajo (…) Amigos míos se contactaron con una ONG que hacía capacitación laboral para dirigentes sindicales jóvenes, porque todos los dirigentes sindicales viejos habían sido exonerados como yo”.

En 1991, solicitó su reintegro a la Universidad de Concepción al entonces Rector Augusto Parra. Tras gestiones que no resultaron con el Departamento de Historia y Geografía, el académico fue reincorporado a la Casa de Estudios en el Centro EULA y, desde allí, colaboró con la docencia del Departamento. “Así fue como volví al Departamento de Historia y Geografía a hacer clases de geografía y ahí hice clases durante más de diez años”, señala el profesor.

Al cerrar, reflexiona “soy un conocido partidario de que nunca más en Chile podría haber un golpe de Estado y pensaba que la inmensa mayoría de los chilenos estarían de acuerdo con eso, porque ya sufrimos mucho como sociedad, no solamente gente de izquierda, sino que mucha gente que jamás merecía haber muerto, como murieron o desaparecieron o están perdidos, centenas o miles de nuestros compatriotas, ojalá que recapaciten esos sectores que todavía celebran el golpe de estado como algo positivo para Chile y que nunca más eso se vuelva a repetir”.

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