La elección se realizará el domingo 7 de mayo. Analistas políticos coincidieron en la falta de interés ciudadano que se aprecia en este nuevo proceso.
Coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, durante esta jornada además, se inicia oficialmente la campaña para los candidatos al Consejo Constitucional.
En la Región se elegirán tres cartas de un total de 20 nombres, 10 hombres y 10 mujeres, divididos en cinco listas. En base al acuerdo alcanzado por los partidos, en la Región se elegirán tres candidatos, pues la elección de mayo, pretende emular a la senatorial.
No obstante, ambos procesos no guardan relación alguna, no sólo el trabajo que abordarán (los senadores son electos por 8 años, y la labor de los consejeros se extenderá por cinco meses), sino también porque el nivel de participación ciudadana debería ser mucho mayor, considerando la obligatoriedad del voto.
En la última elección senatorial, donde fueron electos los senadores Gastón Saavedra (PS), Sebastián Keitel (Evopoli) y Enrique van Rysselberghe (UDI), en la Región votaron 620 mil 145 electores; mientras que el Plebiscito de Salida, cuando se retornó al voto obligatorio, lo hicieron un millón 184 mil 845 personas. Entonces, podríamos estar ante un escenario incierto, respecto a las eventuales proyecciones de resultados.
En ese contexto, cabe preguntarse: ¿qué se puede proyectar para esta elección, más allá de la obligatoriedad del voto? ¿Mantendrá la ciudadanía el mismo interés respecto del primer proceso?
Algunos analistas políticos, consultados al respecto, ahondaron en ambas interrogantes.
En opinión de la analista y académica de la Universidad de Concepción (UdeC), Jeanne Simon, los procesos son diferentes y, en general, se observa menos interés de la ciudadanía por varias razones.
“El hecho que no haya listas de independientes puede debilitar el interés del electorado que votó Apruebo en el último plebiscito. Seguramente aumenten los votos nulos y blancos. El hecho de que el voto es obligatorio y sin restricciones por la pandemia, implica que aumentará la participación electoral en comparación con la elección anterior”, comentó Simon.
Agregó que es probable que haya “mayor campaña puerta a puerta y en los territorios rurales” y el hecho de que los partidos que integran el Frente Amplio estén en el gobierno, podría implicar “menos presencia en las campañas para mantener su imparcialidad”.
Para la académica de la UdeC, la “falta de información y debate sobre el proceso que viene debilita el interés por falta de conocimiento”.
Por su parte, el analista político, Felipe Vergara, coincidió en que la obligatoriedad del voto asegurará una participación amplia de la ciudadanía y también en la falta de interés que se percibe en las calles.
“No veo mayor motivación por este proceso. Las encuestas así lo demuestran y, por sobre todo, uno observa que la población está en otro estado. No está en el tema constitucional y no veo que vaya a estar tampoco. Como si hubiera una cierta saturación del tema”, opinó.
Lo anterior, como efecto del proceso anterior, sostuvo: “No veo ni motivación. Tampoco hay mucha claridad respecto a lo eventuales electos. Hay mucho descontento y eso se puede traducir en un voto de rechazo a candidatos más nuevos y que vengan de partidos o conglomerados no tradicionales”.
Destacó que este proceso se ha caracterizado por “una ciudadanía ausente, que se ha llevado más en el Parlamento, y que por lo mismo no lo ve ni cercano ni con mayor interés a lo que suceda o no con esta primera elección y con el resultado de la misma. Además, muchos están escépticos con el proceso”.