Son distintos factores los qie influyen para una adecuación del instrumento de navegación, entre ellos, los efectos que ha generado la pandemia, el proceso de descentralización en curso y la nueva Constitución. Trabajo partió con panel de expertos con integrantes de diferentes casas de estudio.
Cuando se cumplieron los primeros seis meses de su gestión, el gobernador regional del Biobío, Rodrigo Díaz, no solo se refirió a lo obrado, también planteó alguno de sus próximos desafíos, entre ellos, la actualización de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD).
“Ya se encuentra operativo un panel de expertos que colaborará en esa materia y en los próximos días comenzarán a desarrollarse talleres provinciales con participación de la sociedad civil”, dijo la máxima autoridad regional en aquella oportunidad.
También dio algunos indicios de las razones por las cuales era necesario realizar este cambio, a saber: la crisis climática, el nuevo escenario generado por la pandemia, el proceso de descentralización en curso y la discusión por una nueva Constitución.
Pero, ¿qué hay de los plazos?
Coincidiendo con varios de los puntos planteados por el gobernador Díaz, la jefa de Planificación y Desarrollo Regional, Claudia Toledo, habló de un plazo de 6 a 8 meses, “dependiendo de las circunstancias”. Y, claro, no se trata solo de los razones expuestas por Díaz, otros factores tienen que ver con la nueva administración de gobierno y la asunción de un nuevo Consejo Regional (ambos asumen en marzo).
Pero eso no es todo, pues junto con el mencionado panel de expertos, Toledo ahondó en un Consejo Multiactor, que será una especie de contraparte del primero, donde primará la visión ciudadana.
“El Fondo para la Innovación y la Competitividad (FIC) que se adjudicó la Universidad de Concepción proponía una metodología simplificada y un monitoreo cercano a la ERD, más allá de un panel de expertos, como alguna vez lo hicimos con la estrategia 2015-2030. Lo novedoso era un Consejo Multiactor, que va a estar conformado por varios actores. La idea es considerar, por ejemplo, tres consejeros regionales, alcaldes, organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales (ONG), gremios, entre otros. Consideramos que deben estar en esta mesa y dialogar”, manifestó Toledo.
Tal como lo mencionó Toledo, existe una estrategia que está ejercicio y fue elaborada y aprobada durante la gestión de Rodrigo Díaz como intendente, en el segundo gobierno de la presidente, Michelle Bachelet, por eso se habla de una actualización.
Pero no se trata de un capricho. La ERD responde a las obligaciones legales del Gobierno. Se trata, por tanto, de un instrumento diferente al programa de gobierno propuesto por Díaz durante su campaña (dicho programa era parte de los requisitos para ser candidato).Por ello, Toledo también habló de la necesidad de buscar puntos comunes.
“Hay que buscar esos espacios en común. Se trata de avanzar hacia lo que todos aspiramos, el desarrollo de la Región, mejorar los índices en materia de pobreza, disminuir las brechas en cuanto a crecimiento, cuidar nuestro medio ambiente, entre otros. Que es mucho más abreviado que la construcción de la ERD en sí”.
En lo inmediato, el mencionado panel de expertos inició su trabajo, a comienzos de este mes. Lo anterior, en el marco del proyecto “Mira Biobío” con el cual Creasur de la UdeC se adjudicó el FIC mencionado por la jefa de la División de Planificación y Desarrollo Regional.
El grupo lo componen 13 académicos y académicas seis casas de estudios de la Región y representantes del Gobierno Regional.