La situación ha generado molestia transversal de los consejeros regionales. Mientras unos critican ausencia de datos en medio de un debate tardío, otros alegan que el Ejecutivo está haciendo caja con las regiones.
Esta jornada, en sesión extraordinaria, el Consejo Regional (Core) debe votar la propuesta de presupuesto regional para el 2022, tal como se realiza todos los años.
No obstante, en esta ocasión el debate tiene ingredientes especiales que han generado molestia transversal en el cuerpo político. Lo anterior, se pueden reducir a la falta de datos duros relevantes para la toma de decisiones y un inminente recorte de recursos.
Y es que más allá de la baja ejecución presupuestaria de este año, pues a mayo se calcula un gasto del 19,2% (oficialmente se ha dicho que al 30 de abril llegó a 15,5%), el instructivo de la Dipres establece tres posibles escenarios para los recursos del próximo años: uno del 90% respecto del marco actual; otro del 95%; y, finalmente, uno del 100%. Es por ello que el presupuesto no superará los $85 mil 851 millones.
El consejero regional, Patricio Lynch (RN), calificó la medida como centralista, pues en su opinión se está pagando los efectos económicos de la pandemia con dineros de las regiones. Ello se traduce, sostuvo, en “presupuestos jibarizados que no se condicen con las necesidades de la región”.
“Denuncio la política de castigo a la región por parte del gobierno central y llamó al Gobierno Regional (Gore) a vestirse con ropas de la región y no de Santiago”, dijo Lynch.
Sin embargo, no es el único problema. En la más reciente comisión de Presupuesto no se entregó información referida a los proyectos de “arrastre” (los que se están ejecutando) y los compromisos (solo les falta la firma de convenio). Información relevante para calcular los montos que necesariamente se necesitan el próximos año. Ello, sin mencionar los montos para los gastos operativos, que con la asunción del futuro gobernador o gobernadora regional, podrían cambiar.
Consejeros criticaron que tampoco existe una proyección de ese inminente escenario.
Para el independiente Luis Santibáñez (exUDI) existe un problema de fondo: “la pertinencia de seguir dependiendo del Fndr como único medio de inyección de recursos a los gobiernos regionales. Es un instrumento obsoleto, centralizado y que se asigna mediante formula inverosímiles.”
Santibáñez dijo que “Biobío debe aspirar a una relación menos dependiente de Hacienda, donde la discusión de una efectiva ley de rentas regionales es fundamental. Hoy, con poco más de $85 mil millones de presupuesto, solo se alcanza a cubrir las necesidades básicas y compromisos financieros ya asumidos. No hay espacio para crear un nuevo modelo de descentralización, como fue la promesa de la ex presidenta Bachelet al promover la elección de gobernadores regionales”.
Como se recordará, la actual administración ha promovido un proyecto de “descentralización financiera” que mantiene la lógica de dependencia y no guarda relación con Rentas Regionales. La iniciativa, de hecho, se entregó al Congreso, donde tampoco han existido mayores avances en la discusión legislativa.
En medio de este contexto, la propuesta se votará hoy en sesión extraordinaria. “Todo encima del plazo para enviar propuesta que es mañana (hoy) y sin información detallada sobre proyectos que se encuentran con convenios firmados. Se repite mismo escenario y expectativa de años anteriores”, dijo Javier Sandoval (Igualdad).
Misma opinión compartieron Tania Concha (PC) y Andrés Parra (PS). “Ayer (miércoles) comisión para el presupuesto operativo y hoy (ayer) vimos el presupuesto de proyectos. Ambas se citaron con menos de 24 horas de anticipación”, dijo Parra.
Hoy también se votará una propuesta diferente a las solicitadas por la Dipres y que, según Lynch, esperar pelear en el Congreso, durante la discusión presupuestaria.