Medida busca evitar desplazamientos a lugares que estén fuera de la Región del Bío Bío, como Ñuble y La Araucanía.
Ya el fin de semana pasado, tras la realización de un misa en la ciudad de Los Ángeles, las autoridades regionales habían manifestado su preocupación por lo ocurrirá en los próximos días: semana santa.
Claro, en dicha oportunidad, se hizo hincapié a los ritos religiosos (misas o cultos) y se efectuó el llamado para que las distintas iglesias realizarán sus actividades evitando las aglomeraciones.
Durante la mañana de ayer, en su encuentro habitual con los medios, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, entre otras medidas, confirmó una barrera sanitaria para el Gran Concepción, entre el jueves 9 de abril, a las 18 hora, y el domingo 12, a las 22 horas, coincidiendo con el inicio del toque de queda. Lo anterior, enmarcado en las celebraciones de Semana Santa. Por cierto, el secretario de Estado no entregó muchos más antecedentes.
El intendente del Bío Bío, Sergio Giacaman, comentó que la medida obedece al alto número de contagios en la provincia, el más alto de la Región (244 hasta el día de ayer), y necesidad de impedir que las personas se trasladen de un territorio a otro. “Hay un grupo importante de personas que participan de las festividades religiosas, pero también hay otro grupo importante que se desplaza y frecuentan lugares como Quillón y la región de La Araucanía, y la idea es evitar aquello”, sostuvo.
La máxima autoridad regional dijo que se trata de una medida preventiva y en ningún caso constituye una especie de marcha blanca ante la eventualidad de concretar un cordón sanitario permanente.
Aunque se anunció que durante la tarde, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, haría precisiones sobre el territorio que afectará la medida (se habló del Gran Concepción, que puede ser o no la provincia), pero ello no ocurrió.