El nombre del ex core, Jaime Vásquez, genera diferencias en el gremialismo.
En diciembre de 2018, a nivel nacional, se produjo una de las contiendas más reñidas que se recuerden al interior de la UDI. No obstante, en la región se generó una directiva de consenso para evitar la competencia.
Así, durante un año asumiría la presidencia Alejandro Reyes, integrante de la disidencia, y luego el actual consejero regional, Patricio Kuhn. Se trató de “un acuerdo de caballeros”, entre otras razones, porque la actual legislación electoral no establece otras formas de resolver diferencias.
Como sea, para que lo anterior se pueda concretar, comentó Reyes, debe renunciar toda la directiva, reunirse, concordar nuevos cargos, y ser ratificados por el Consejo Regional del partido, que debe reunirse a más tardar antes del 15 de marzo.
El problema surgió por la decisión (o imposición, según trascendidos) de Kuhn a no asumir el cargo por motivos personales. Aquí comienza una nueva historia al interior del gremialismo regional, pues el ex core, Jaime Vásquez, habría dicho estar dispuesto a asumir el desafío de la presidencia.
Cercano a la senadora Jacqueline van Rysselberghe y eventual carta a la gobernación regional y/o a la municipalidad de Lota, Vásquez es resistido por un sector del gremialismo por una investigación de Contraloría, que está en curso, y en la cual se le menciona.
Sea como sea, la nueva directiva debe ser ratificada por el Consejo Regional del partido, por tanto, es poco probable que la nueva directiva no asuma antes de marzo.