Política

Las dudas en torno a la elaboración de listas para congresales

Si en abril se impone el cambio a la Constitución y una Convención Constituyente la gran disputa se generará en la lista de candidatos a generar una nueva carta fundamental.

Por: Ángel Rogel 17 de Noviembre 2019
Fotografía: Sarah Monti

El diputado del Distrito 20, Félix González (PEV), fue uno de los representantes políticos que no estuvo en el denominado “Acuerdo por la paz social y la nueva Constitución”, firmado por un grupo transversal de partidos la madrugada del viernes. De hecho, la colectividad que representa, la Ecologista Verde, no participó de las conversaciones.

Y, aunque González valoró el acuerdo alcanzado, considerando que existe la posibilidad cierta de cambiar la Constitución Política de 1980 (si el plebiscito de abril de 2020 impone esa opción, así será), puso énfasis en algunas materias, como la elección de los delegados que estarán encargados de elaborar la nueva carta fundamental.

“Esta ha sido una mala negociación, porque los delegados serían electos de la misma forma que los diputados. Eso significa que los independientes no tienen ninguna opción de competir contra listas completas. Lo que tenemos que evitar es que esta asamblea constituyente se transforme en una reproducción a escala de la Cámara de Diputados. Necesitamos discutir la ley de fondo, la que le va a dar forma a este plebiscito y al proceso de constituyente”, sostuvo.

Y no es el único que piensa igual.

Acuerdo perfectible

Varios de los dirigentes políticos consultados comentaron que el acuerdo del viernes es perfectible y reconocieron que, por lo complejo de la negociación, hubo varios puntos que quedaron en el aire.

Un dirigente de la oposición junto con reconocer lo anterior, comentó que se actuó de buena fe, con el ánimo que poder contribuir a bajar la tensiones y en ningún caso pasar “gato por liebre” a la ciudadanía, como han especulado detractores del acuerdo, por ello la disposición a realizar modificaciones, está abierta.

Postura similar a la planteada por el consejero nacional de la DC, Marco Hernández. “Desde la política estamos disponibles para perfeccionar este acuerdo y lograr que se asegure una participación real y que incorpore todas las variables que quedaron pendientes para que, de aprobarse el cambio constitucional, los congresales puedan ser lo más representativos posible y se cumpla con el fin que todos quisimos para ello”, sostuvo.

Consultado sobre la elección de los eventuales congresales (asambleístas o delegados), el vicepresidente nacional del PR, Eduardo Vivanco, comentó que “hay un comité que tiene que implementar los acuerdos, y terminar por aclarar ciertas dudas operacionales”.

Agregó que “lo que está claro, es que habrá listas, que podrán ser integradas por militantes de partidos políticos o por independientes, calculándose el número de convencionales, en proporción a los votos que cada lista obtenga”.

Coincidió en lo anterior, el vicepresidente nacional del PPD, Rodrigo Daroch, quien recordó que en los puntos tres y cuatro del acuerdo se determina en que consiste cada mecanismo y en la Convención Constituyente excluye a los parlamentarios, pero nada dice de militantes o simpatizantes de un determinado partido político.

“Los partidos podrán proponer a personas independientes o militantes para ser constituyente, así también se podrán inscribir independientes formando sus propias listas o solos como ocurrió en la última parlamentaria”, sostuvo Daroch.

El senador del Ñuble, Felipe Harboe (PPD), quien participó directamente de las conversaciones, ratificó lo anterior. “Las listas pueden ser levantadas por partidos o por independientes. Todos los ciudadanos tendrán el mismo derecho”, manifestó el congresista.

Aquí cobran sentido, las palabras que días antes del acuerdo formuló el consejero regional de la UDI, Luis Santibáñez, al manifestar que el gremialismo no se podía cerrar a la opción de una Asamblea Constituyente y, al contrario, debía trabajar en ello.

“La Asamblea Constituyente es un mecanismo sobre el cual, la UDI y el resto de los partidos de Chile Vamos, debemos prepararnos para que, de manera democrática y abierta, establecer la participación de nuestro mejores dirigentes gremiales, sociales y vecinales para qué conformen esta estructura”, manifestó en su oportunidad Santibáñez.

De todas maneras, y como ya está dicho, aún hay mucho paño que cortar. El diputado del Distrito 21, Manuel Monsalve (PS), por ejemplo, dijo que “se requerirá una ley orgánica para regular la elección (de los delegados o constituyentes)”.

Lo anterior, agregó el legislador socialista, pues “se debe garantizar que la elección sea totalmente proporcional y establecer que independientes tengan igualdad de condiciones para ser electos (respecto de quienes son militantes)”.

Vivanco apuntó que aún existen muchas interrogantes sin respuestas y que tendrán que ser zanjadas conforme vayan corriendo los días.

“Hay varias dudas: ¿Cómo será la distribución territorial? ¿Por distrito parlamentario? ¿O será a nivel país concentrando los convencionales en los grandes centros poblados y figuras mediáticas? ¿Se aplicarán cuotas en las listas? ¿Género, indígena? ¿Otras? ¿Se permitirá la libre asociación de independientes para conformar listas?”, cuestionó.

¿Qué atributos y perfil deberán tener los delegados?

Se trata de otra interrogante sin respuesta y que algunos dirigentes políticos (y varios usuarios de redes sociales) han puesto sobre la mesa. Y, claro, no se trata solo de la eventual militancia política de quienes serán encargados de cambiar la carta fundamental, sino también del perfil profesional de quienes participarán.

“Hay que recordar que tendrán dedicación exclusiva y ello será complejo pues obliga a tener gente con real disposición al trabajo por un año a costo muy bajo”, sostuvo un dirigente opositor.

Hay que recordar que, considerando la posibilidad de que la redacción del documento sea utilizado como trampolín político o, eventualmente, influir en temáticas que después pudieran ser utilizadas a conveniencia, se establece inhabilidad a los asambleístas para postular a un cargo de elección popular por un año. Período que los más críticos consideran poco.

Pero se trata de materias que aún no están del todo resueltas.

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