Tras el anuncio, el diputado socialista Manuel Monsalve dijo que el Mandatario busca normalizar el país o “dejarlo tal como estaba antes de las movilizaciones”.
La noche del viernes el Presidente, Sebastián Piñera, escribió en Twitter que “la multitudinaria, alegre y pacífica marcha de hoy, donde los chilenos piden un Chile más justo y solidario, abre grandes caminos de futuro y esperanza”, para referirse a las masivas marchas en contra de su administración. Fueron un millón y medio de personas solo en Santiago y más de 100 mil en Concepción y Valparaíso.
Y así como Piñera, fueron varios los representantes oficialistas que se refirieron de manera positiva a las manifestaciones. Entre ellos, los senadores Felipe Kast (Evópoli), Andrés Allamand (RN); las diputadas Erika Olivera (Indep. pro RN), Camila Flores (RN); y la intendenta de la región Metropolitana, Karla Rubilar. Por cierto, todos recibieron troleos en sus respectivas cuentas de Twitter.
“Parece que el Gobierno quiere engañar al país o no reconocer su responsabilizar”, dijo el diputado, Manuel Monsalve (PS).
Una estrategia que, a juzgar por la reacción de la ciudadanía en las mismas redes sociales y también en las calles, no generó ningún efecto. En ese contexto, ayer el Mandatario anunció el término del estado de emergencia (“si las circunstancias lo permiten”, aclaró) y la solicitud a sus ministros para “colocar su cargo a disposición”.
El anuncio, por cierto, no asegura la salida de todos los secretarios de Estado. De hecho, la frase de Piñera recordó lo que pronunció la ex Presidenta, Michelle Bachelet, en 2015 en una entrevista televisiva, en medio del caso SQM que salpicaba al entonces ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo. En esa oportunidad, Bachelet cambió a todo el equipo político del gabinete, incluyendo al ministro de Hacienda, Alberto Arenas (en democracia fue la primera vez que ocurrió).
Todo lo anterior, en medio de la idea de un grupo de parlamentarios del Frente Amplio que promueven una acusación constitucional contra el Jefe de Estado.
Los anuncios del Presidente fueron recibidos con desconfianza e inconformidad por los consultados.
“El gobierno no está entendiendo la problemática porque está tomando medidas de parche, incluso, subir de un 4 a un 5% el aporte a las AFP es sólo un salto pequeño en la solución del problema de los chilenos”, comentó el presidente regional del PC, Iván Quintana, quien agregó que el cambio de gabinete es fruto de la presión social.
Olimpia Riveros, dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores, afirmó que en el escenario político este cambio era lo mínimo que podía hacer. Sin embargo, “esa es una medida que no nos satisface porque van a cambiar el equipo entre ellos mismos”. Agregó que, para que el movimiento se detenga, se requiere de una asamblea constituyente y una nueva constitución.
La diputada del Distrito 21, Joanna Pérez (DC), dijo que era necesario el cambio de gabinete, aunque “quizás debió haberlo hecho antes”.
“Hemos tenido ministros indolentes que no han estado a la altura de las circunstancias en procesos previos para adelantarse a los procesos sociales. Creo que, claramente, tienen que salir el ministro del Interior y los que han llevado a cabo las reformas”, manifestó Pérez.
En tanto, el diputado Monsalve dijo que el Jefe de Estado estaba intentando normalizar el país y, ello significa “dejarlo igual como estaba antes de las movilizaciones, por eso quiero reivindicar la decisión del PS de no ir a La Moneda, porque lo que quería el Presidente era que el resto de la sociedad valide su estrategia”.
Monsalve insistió en que un plebiscito para la ciudadanía se pronuncie sobre una nueva Constitución, una idea que cuenta con el consenso de toda la oposición, tanto de la ex Nueva Mayoría, como del Frente Amplio.