Política

Alta aceptación y debate por criterios: las conclusiones del SAE en la Región del Bío Bío

Especialistas rechazaron el eslogan de la “tómbola” que se levantó desde un sector del Congreso, recalcando que el Sistema de Admisión Escolar, aunque perfectible, en ningún caso privilegia el azar antes que otros estándares.

Por: Javier Cisterna 09 de Diciembre 2018
Fotografía: Agencia UNO

Los últimos días de noviembre, el debate educacional en el Bío Bío se concentró en el 14% de postulaciones registradas en el marco del nuevo Sistema de Admisión Escolar (SAE) que resultaron sin asignación o rechazadas.

En total, se trató de 4 mil 933 familias que no cerraron satisfactoriamente la etapa regular de admisión según los cánones que establece la Ley de Inclusión que eliminó la selección por mérito académico.

De esa cifra se desprenden los grupos que postularon a establecimientos con pocas vacantes y alta demanda (no asignación, 2 mil 909 casos) y los rechazados (2 mil 24 casos), que se explican por la desestimación, de parte del tutor, del establecimiento que la plataforma web sugirió (ver Figura 1, página 6).

Los números colisionan con el mayoritario 86% de postulaciones que derivaron en aceptación en alguna de las preferencias señaladas por los apoderados en la plataforma del SAE.

Asimismo, 439 familias lograron asignación de cupos a través de la lista de espera, sumándose al segmento de más alta representación.

En efecto, el mismo día de la publicación de los resultados de la lista de espera —3 de diciembre—, se abrió un nuevo proceso dirigido particularmente al sector sin asignación y rechazado. La plataforma una vez más se reinició, ofreciendo en la Región 28 mil 144 vacantes.

Según informó la autoridad a Diario Concepción, al viernes pasado ( fecha de cierre de la etapa complementaria), se había recepcionado 4 mil 775 inscripciones, lo que corresponde al 97% de aquellos que en la fase regular quedaron fuera de asignación o rechazaron la recomendación del sistema (ver Figura 2, página 6).

El guarismo fue bien recibido por el seremi de Educación del Bío Bío, Fernando Peña. “Hubo una participación importante dentro del proceso complementario. Deseamos que esta participación mayoritaria dentro del proceso se vea reflejada una satisfacción en el grado de conformidad de las familias”.

La voz del ramo en la zona reiteró que el 3 de enero comenzará una fase regularización destinada a los jóvenes que luego de todos los pasos anteriores, aún se encuentren sin cupo. Este mecanismo es presencial para los apoderados que necesiten dirigirse a algún establecimiento en específico.

Debate por parámetros

El Sistema de Admisión Escolar es un mecanismo creado en el marco de la Ley de Inclusión y que comenzó a implementarse paulatinamente desde 2016 en Magallanes.

En 2017 se sumaron Tarapacá, O’Higgins, Coquimbo y Los Lagos, aterrizando este año en la Región del Bío Bío y las restantes con excepción de la Metropolitana, cuya integración plena se proyecta para 2019. Es decir, el test en el Gran Concepción, producto del volumen demográfico, supone el principal examen previo al arribo a Santiago y alrededores.

Lo que el sistema hace es aplicar criterios de asignación (que ya operan, por ejemplo, en Inglaterra, Países Bajos y Estados Unidos) que ordenan las preferencias de los apoderados. Los parámetros son esencialmente cuatro: presencia de un hermano en el establecimiento, ser alumno prioritario (estar dentro del 15% de vulnerabilidad) de la Región, ser hijo de algún funcionario del establecimiento y ser ex alumno del establecimiento con la salvedad de no haber sido expulsado.

Cuando esos parámetros se agotan, la plataforma aplica una modalidad aleatoria de asignación que, defendida por sus impulsores, democratiza el acceso a las diferentes opciones de educación que actualmente conforman la oferta a nivel país.

Ello en desmedro de la consideración del mérito académico o jerarquización por promedio, que con el SAE expiró definitivamente.

Así, se han presentado casos de jóvenes que pese a sus buenas calificaciones no pudieron mantenerse en un mismo colegio, lo que despertó acalorados reclamos de parte de padres organizados y abrió un debate en torno a la posibilidad de retomar visos académicos en los procedimientos del sistema de admisión.

“La posición del gobierno es escuchar a los apoderados, hacer un diagnóstico en base a las sugerencias que ellos realizan. Hoy la consulta y el reclamo más reiterado es por el valor que tienen en la postulación las notas de enseñanza media. Ahí es donde se registra el mayor número de reclamos, toda vez que hay un número importante de escuelas que llegan a Octavo Básico y posteriormente los niños quedan sin una matrícula asegurada. Es en esa transición en que los apoderados nos han manifestado la necesidad de que los establecimientos también cuenten con una variable que reconozca el mérito académico”, comentó el seremi Peña.

“Hemos conocido casos dramáticos, una niña con promedio 7 en octavo y que no logró quedar en ninguna de sus opciones. Eso a nosotros nos llama la atención y lo que queremos es levantar una discusión para que en el futuro familias que han hecho un esfuerzo importante para tener un buen rendimiento puedan ver su mérito reconocido en el sistema, y en ese sentido nosotros vamos a levantar una discusión responsable, pero con altura de miras, entendiendo que esto es una ley”, agregó la autoridad local.

Pirotecnia y realidad

Daniel Rodríguez, director del centro de estudios Acción Educar, aseguró que el sistema, en el Bío Bío, se manifestó en la línea de lo que se esperaba. “El sistema en su gran margen funciona. Qué es lo que ocurre. Que ningún sistema, ningún algoritmo, por sofisticado que sea, va a poder siempre asignar a todo el mundo el cupo que quiere y algunos van a quedar fuera. Y este porcentaje va a hacer ruido y ese ruido, en Concepción, donde hablamos de un volumen de población grande —que creo es un buen acercamiento de lo que ocurrirá en Santiago—se va a hacer notar”.

En un análisis en términos generales del SAE, Rodríguez sostuvo que quizás se cometió el error en su planteamiento inicial, de ser una suerte de solución frente a los múltiples problemas del tramo escolar.

En ese contexto, dijo que los datos muestran que la selección era más bien acotada y marginal, y que la distribución de los estudiantes, hoy, es bastante similar a lo que era antes. No obstante aquello, remarcó que “la aplicación de este sistema está mostrando problemas que creíamos que no teníamos, como la falta de oferta de calidad”.

Así, postuló que la disconformidad de las familias hoy encuentra a qué apuntar sus dardos, el nuevo mecanismo o el Ministerio de Educación, en circunstancias que los años previos se cuestionaba a los colegios, las pruebas de admisión y a los mismos alumnos.

Consultado por la eventualidad de reponer criterios académicos de selección, el especialista expresó que “hay espacio para el mérito y la selección académica en la educación media, pero todo depende del instrumento que se use para la selección. Esa discusión se dará en el marco de la Ley de Inclusión, hay que destacarlo. Aquí no hay maquinaria pesada. Lo que puede haber son ajustes en el marco de la misma ley, mejoras en un contexto”.

Finalmente, Daniel Rodríguez cuestionó las críticas al SAE que han surgido en el Congreso bajo el eslogan de la tómbola. “En realidad están un poco fuera de lugar. Andar con una tómbola de juguete responde a pirotecnia política más que a cualquier otra cosa”, sentenció

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