Política

Renato Garín (RD): “El ingreso del PC al Frente Amplio va a ser una de las decisiones más complejas”

Las bancadas del Frente Amplio preparan sus tesis de cara al congreso orgánico del sector. El diputado Renato Garín, desde RD, adelanta los puntos cruciales de esa y otras discusiones políticas que inevitablemente se vienen.

Por: Javier Cisterna 12 de Mayo 2018
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

De paso por el sur del país se encuentra el diputado de Revolución Democrática (RD) Renato Garín, una de las figuras del Frente Amplio (FA) que constantemente se escucha cuando se trata de definiciones ideológicas.

Tras varias semanas de trabajo parlamentario, el congresista por la zona rural poniente de Santiago califica de “difícil” la instalación del bloque en el Congreso, principalmente producto de lo que señala como el afán “administrativo” del gobierno.

– ¿Por qué se habla de una sequía legislativa?

– Porque la actividad legislativa está muy frenada. El gobierno no está presentando proyectos del ley. Estamos viendo a un gobierno que viene por la vía administrativa, por ende la actividad en el Congreso no está muy interesante. Lo que sí está interesante es la facultad de fiscalización que tenemos. Estamos trabajando en todos los aspectos que nos permitan defender los derechos de las personas.

– ¿Cuál es entonces la propuesta de gobierno que se lee?

– Si uno lee el programa del Presidente, es un programa administrativo, no es un programa legislativo. Lo dije en noviembre. No estamos en un contexto de un gobierno legislativo-político, estamos en un gobierno administrativo-regulatorio. Es un intento por torcer las leyes aprobadas por Bachelet a través de vías administrativas.

– ¿Apuntar al rol del fiscal Jorge Abbott es una respuesta también administrativa?

Todo lo que ha rodeado a Abbott, sus hechos y sus dichos, es muy grave, y estamos estudiando si acaso la gravedad de sus hechos y dichos configuran una causal de destitución según lo que norma al Ministerio Público. De ser así, vamos a empujar la destitución del fiscal nacional, para lo que cual se requiere diez firmas de diputados y luego esto lo conoce la Corte Suprema, donde deben votar favorablemente doce miembros de 21, lo que es muy difícil.

– Antes se definían así en campaña, hoy por hoy, ¿podría decirse que el FA es antineoliberal?

– Son tres ejes. Hay un eje entre el capital y el trabajo, otro entre la moral de las élites versus la moral de la ciudadanía y un tercero sobre el estatuto del cuerpo. En el primer eje estamos del lado del trabajo, y si el neoliberalismo está del lado del capital, somos antineoliberales. Pero no pondría ese acento, diría que somos una fuerza política que quiere actualizar el debate sobre el capital y el trabajo.

– ¿Se puede actualizar ese debate sin ser soporte de la ex Concertación?

– Ese es el debate que tenemos. A mí no me incomoda ser socialdemócrata, lo que me incomoda es la socialdemocracia neoliberal, el empate entre ambas tendencias para seguir haciendo lo mismo. Yo creo que el partido de nosotros, que es RD, es un partido más bien social-liberal que convive con liberales y con elementos más de izquierda.

– Pero se les señala como el recambio histórico.

– El fantasma del Mapu está presente siempre. El “guatón” Correa, Tironi, Flores, Bitar. Está la pregunta de si acaso nosotros en 20 años más vamos a ser parte del problema o de la solución, pero yo prefiero correr el riesgo más que aferrarme a una tradición política que no me corresponde. Yo no me siento parte de la historia de la Concertación y no creo que haya que actualizarla.

– ¿Cómo ve hoy a la ex Nueva Mayoría (NM)?

– Pienso que hay dos decisiones claves. Qué va a pasar con la DC y con el PPD. En el caso de que se orienten hacia una política de alianzas similar o parecida a la NM, yo creo que ese bloque va a subsistir sin nosotros. Si se produce un quiebre, creo que se abre la oportunidad, que hay que discutir en su momento, de que el FA acoja fuerzas de izquierda de la NM y que se dibuje otro escenario.

– ¿Y qué pasa con el PS?

– Lo que ocurre es que el PS es el defensor del legado de la Presidenta Bachelet, entonces cada vez que el FA haga una crítica a lo que se ha hecho los últimos 20 años, al parecer es una crítica al PS y eso genera una distancia. Sin embargo, en el Congreso y entre las bancadas, hay gran sintonía, te diré que prácticamente plena.

– ¿Y con el PC hay sintonía?

– Esa coincidencia con el PC yo diría que es generacional, lo que tiene que ver más con Karol Cariola y con Camila Vallejo, que con Teillier, Carmona y Gutiérrez. Dicho así me parece que con el PC tenemos una alianza más bien a partir de 2011 que política a largo plazo. Yo creo que el ingreso del PC al FA va a ser una de las decisiones más complejas que hay que tomar.

– ¿Para ustedes o para ellos?

– Para los dos. Para nosotros también, porque el PC siempre va a tener, por doctrina, una vocación hegemónica y eso para RD puede ser complicado.

– ¿Se mira en ese sentido lo que sucede en España con “Unidos Podemos”?

– Miro mucho España, miro mucho a Íñigo Errejón. Hay una diferencia, porque Podemos surge inmediatamente con el movimiento social sin una historia partidaria previa. En el FA chileno, primero, hay una distancia de algunos años con el movimiento social y, segundo, dentro del FA hay partidos con 40 años de historia. Efectivamente el FA corre el riesgo que corre Podemos en España, de terminar siendo una fuerza auxiliar del sistema.

– ¿Hay una disputa del tipo Errejón-Iglesias en el FA?

– Sí, yo veo claramente que hay una fuerza socialdemócrata, que es RD y sus aliados, y en paralelo hay una fuerza de izquierda dentro del FA que está convergiendo. Hay quienes creen que el FA debe ser más centrista y hay otros que creen que deben insistir por la vía antineoliberal.

– ¿RD necesita un contrapeso?

– Yo creo que el FA está en una clara necesidad de organización y protocolo, y en la medida de que haya otra orgánica grande, que compense esta evidente asimetría que tiene RD dentro del FA, va a ayudar a organizarnos.

– El congreso orgánico próximo es fundamental para ello.

– Es muy clave. Creo que el congreso orgánico es una instancia decisiva para el FA.

– ¿Cuál es su parámetro de éxito congresal?

– El estándar para juzgar el éxito es la capacidad de que salgamos de ahí con un documento claro respecto de cómo va a funcionar el FA. Hoy estamos un poco corriendo mientras nos abrochamos las zapatillas. Eso tarde o temprano termina en un tropiezo. Lo que tiene que hacer el FA es abrocharse los cordones y después correr. Eso quiere decir poner primero la institucionalidad y después la acción política.

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