Invitada a la Cumbre de las Américas, fue unas de las pocas representantes del país en la cita. Ahí pudo hablar de un tema que le motiva, transparencia.
Aunque no fue electa, Karla Muñoz (DC), fue una de las sorpresas en la última elección parlamentaria. Con solo 27 años, la joven militante de la Falange fue incluida en la lista de la colectividad del Distrito 20 a sólo días que se cerrara el plazo de inscripción.
Si bien los más optimistas se contentaban con que alcanzara los 2 mil votos (los más pesimistas no le daban ni mil votos), Muñoz obtuvo 4 mil 133 sufragios. Incluso, en algunas comunas de la provincia, sacó más votos que, el entonces diputado, Marcelo Chávez.
“Mis vecinos pensaban que había ganado, porque en mi casa celebramos. Si bien no obtuve el cupo, logré una muy buena votación”, recordó la joven militante DC.
Pero Muñoz, quien es administradora pública de la Universidad de Concepción, no destaca solo por su buena votación. La joven, que actualmente trabaja para el gobierno argentino revisando informes para el Ministerio de Modernización (“que tiene la idea de limpiar la imagen de corrupción en Argentina”), se ha especializado en transparencia.
Hace unas semanas, fue invitada a la Cumbre de Las Américas, en Lima, por la organización estadounidense “Young American Bussiness Trust” para participar del evento y leer la declaración final del Foro de la Sociedad Civil.
“Todavía no sé cómo llegaron a mí, pero debe ser por algunos escritos que he publicado en el extranjero sobre corrupción y transparencia (…). Fue una gran experiencia, porque pensé que seríamos varios los delegados y yo era la única”, comentó.
Pese a las manifestaciones a favor y en contra del gobierno cubano, que se tomaron buena parte de los noticiarios internacionales, Muñoz igual leyó las conclusiones del evento tal como estaba presupuestado, aunque también entregó su opinión. “Quise hacer hincapié en que la sociedad sigue vinculando la corrupción con el soborno, o con plata. Cuando el amiguismo, el nepotismo, el fraude, la malversación, también son tipos de corrupción”, comentó.
Muñoz dice que desde afuera se percibe a los chilenos como “sensibles”, porque sé los problemas que existen en Chile, ligados a la corrupción, son “súper menores”.
No obstante, la joven “me parece bien que sea así, pues en la medida que uno deja pasar estas cosas, las prácticas se tienden a normalizar”.
– ¿Crees que en Chile hay prácticas que se han tornado normales?
– Lamentablemente sí. A mí me duele mucho, por ejemplo, los viajes de los concejales al extranjero. La gente todavía no logra dimensionar que es malversación de fondos públicos y, por ello, es un tipo de corrupción (…). Y el problema es que obtienen buenas votaciones, porque las personas se quedan con la idea del concejal que va a la sede vecinal o regala camisetas al equipo de fútbol. Siempre saco a colación el ejemplo de un alcalde en Sao Paulo que sacó una gran votación y su lema de campaña era “yo robo, pero gestiono”. Esas prácticas, son las que terminan naturalizando la corrupción.
– A propósito de la polémica por nepotismo que vivimos hoy, ¿dónde está el límite?
– El abuso es el que complica. Cuando una persona quiere ser médico, porque vio a su padre serlo, no está mal, nadie lo cuestiona. Pero un hijo de un diputado o un alcalde que creció en ese mundo, puede tener el legítimo derecho a ser parte del sistema. El tema es el abuso, cuando gente que no es competente termina en altos cargos de poder, solo por su apellido.
– Pareciera que a las personas no les interesa mucho el tema, pese a los accesos a la información.
– La ley de acceso a la información tienen 10 años en Chile, y por consultas de transparencia, se han definido tres tipos de usuarios: funcionarios, periodistas y estudiantes con proyectos de investigación. Todavía no se ha llegado al ciudadano común. Falta mucho para que haya fiscalización social de base. Sí, critico que, tras la Ley de Transparencia, los avances han sido muy menores. El cambio fue tan grande, que ha habido una zona de conformismo y países como Colombia o Costa Rica están por sobre Chile. El país se “ha dejado estar” como se dice. En eso hay que avanzar.