En su visita a Concepción, Díaz habló de su candidatura para el Comité Central del PS, la contingencia nacional y el complicado panorama que vive la coalición, al cual responsabilizó por el daño a la imagen del Gobierno.
En su visita a Concepción, Díaz habló de su candidatura para el Comité Central del PS, la contingencia nacional y el complicado panorama que vive la coalición, al cual responsabilizó por el daño a la imagen del Gobierno.
Karla Altamirano Pérez
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En noviembre pasado el ex ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz, dejó su cargo para asumir nuevos desafíos en un periodo clave para la Nueva Mayoría. Con las primarias a un paso, y en época de definiciones, el militante del PS visitó Concepción para hablar sobre su candidatura al Comité Central del partido, de la contingencia nacional y del complicado panorama que vive la coalición.
– ¿Cómo nace esta campaña?
– Yo creo que el Partido Socialista requiere una dirección nacional potente y capaz de dirigir en tiempos complejos. Bajo este gobierno hemos enfrentado una potente resistencia, de ciertos sectores, al proceso de transformación que Chile requería para avanzar hacia una sociedad más justa y encontramos serias dificultades para dar coherencia a la actuación de la coalición. Lo que está en juego es la continuidad de ese proceso de transformación que inició la Presidenta y el rol del partido socialista, para cumplir ese desafío, es fundamental. Yo quiero aportar mi grano de arena.
– ¿Representando una clase política más transparente?
– La política, en general, requiere transparencia. La sociedad nos pide mejorar y considero que quienes nos dedicamos a este oficio, tenemos que tener en cuenta que cuando la gente dice que no le gustan la política o los políticos, lo que nos está pidiendo es un mejor actuar y eso de manifiesta en nuevas formas de hacer las cosas, transparencia y honestidad al hablarle a la ciudadanía respecto a cuáles son las tareas de cada uno y qué es lo que le planteamos a la sociedad.
– ¿Son estos intereses los que vemos reflejados en las encuestas?
-Yo pienso que las encuestas reflejan uno de los temas más profundos que recorren a la sociedad chilena. Existe un juicio negativo de la política y de la sociedad que hemos construido, una que no valora los esfuerzos individuales o familiares. La población quiere una mejor política y una sociedad más justa. Este gobierno ha puesto en marcha una agenda de transformaciones que respalda lo que los ciudadanos desean y debemos asegurar que este camino no se detenga. Si la derecha vuelve al Gobierno será para poner fin a ese proceso y eso tendrá un enorme costo para Chile.
– ¿Guillier podría ser una forma de continuar con las reformas?
– Yo creo que, como coalición, nosotros tenemos tres tareas muy claras: asegurar la proyección de la coalición, crear mecanismos para resolver nuestras diferencias y, finalmente, tener un programa de gobierno muy claro y que nadie discuta, con un candidato presidencial único y una sola lista parlamentaria. Un eventual próximo gobierno de la Nueva Mayoría no debería padecer el desorden, la falta de coherencia y las disputas que ha habido al interior de la coalición y que han afectado la imagen del Gobierno.
Soy partidario de las primarias y me preocupa escuchar tantas voces que dicen que debemos ir a primera vuelta. Eso sería pavimentar el triunfo de la derecha. Si no hay primarias, no habrá Nueva Mayoría. Los que decidan salir, deben asumir los costos de su elección.
– ¿Cree que hay algún error en cómo la Moneda está comunicando sus proyectos y que eso ha influido en las encuestas?
-Por los cargos que ocupé, no los voy a juzgar particularmente en el plano de las comunicaciones. Yo me defino bacheletista y creo que el juicio histórico sobre este Gobierno no es lo que reflejan las encuestas. El legado robusto de su obra será valorado por los chilenos con el tiempo. Hoy tenemos una sociedad viva, capaz de levantar sus banderas, ponerlas sobre la mesa y obligar a los políticos a debatirlas. Hay una lógica de derechos. Eso lo asumió el Gobierno y, por eso, yo creo que su legado se asentará en la medida en que todas las reformas vayan realizándose.
– En este sentido, ¿considera que polémicas, como el caso Caval, ensucian al Partido Socialista y a la Nueva Mayoría?
– Golpearon. Esa y las demás. No hace falta decirlo. Aumentó la sensación de abuso, de privilegios injustificados y se ensanchó la brecha que separa a quienes se dedican a la política y el resto de los ciudadanos. La política no es sólo la actividad de unos pocos, es lo que nos permite vivir en sociedad.
– ¿Cómo ve el periodo que queda de Gobierno? ¿Viene el síndrome del "pato cojo"?
– Tengo optimismo. Tenemos una Presidenta que fue capaz de sortear el peor de los momentos manteniendo sus compromisos. Espero, eso sí, que la coalición se ordene, apoye al gobierno y actúe coherentemente de acuerdo a las agendas que tenemos. Tenemos tareas muy importantes: aprobar la reforma de educación, continuar el proceso constituyente y proteger el empleo en un escenario económico adverso. Eso requiere una coalición fuerte y un gobierno que entienda su rol y los desafíos país.