El excomandante en jefe del Ejército habría revelado la información ante la ministra Rutherford, donde detalló cada una de las acciones para obtener la multimillonaria suma.
Una serie de informes de la Policía de Investigaciones (PDI) revelaron el alto costo de vida que mantenía el excomandante en jefe del Ejército, general (R) Juan Miguel Fuente-Alba, quien estuvo como autoridad máxima de la institución entre 2010 y 2014.
El cómo Fuente-Alba financiaba sus lujos y gustos son parte de la investigación que encabeza la ministra Romy Rutherford, causa que persigue el presunto delito de malversación de caudales públicos por cerca de $3.500 millones.
De acuerdo a la resolución emitida por la jueza, Fuente-Alba confesó haber utilizado fondos correspondientes a gastos reservados para otros fines. “El propio reconocimiento del encausado Fuente-Alba (…) admite haber utilizado fondos correspondientes a gastos reservados -que fueron entregados por el Ejército de Chile con el específico fin de ser usados en asuntos de inteligencia, contrainteligencia y seguridad- con un destino diferente, a razón de entre $ 700 y $ 800 millones anuales, durante cuatro años”, decretó Rutherford según fuentes de La Tercera que tuvieron acceso al procesamiento.
En la misma línea, la revelación da cuenta que la indagatoria se centra en el uso que Fuente-Alba dio a los gastos reservados, los cuales, por ley, no pueden ser utilizados para fines personales.
La ministra Rutherford afirma en el documento que el reconocimiento del uso de los fondos ocurrió en tres declaraciones que el otrora alto oficial prestó ante ella, entre el 13 y 18 de febrero, en calidad de inculpado. En el procesamiento se reveló que el dinero fue destinado al “pago de diferentes conceptos y montos, como son la mantención completa de su vivienda familiar, lo que incluía no solo consumos básicos, sino que todos y cualquier gasto que pudiera irrogarse mensualmente, incluyendo la alimentación de su grupo, del personal y de las visitas recibidas, las celebraciones, cenas especiales, contratación de banquetería, flores, etc”.
Asimismo, en el encausamiento se informó que el exjefe del Ejército compartía estos recursos con terceros, como familiares y amigos. Estos montos eran destinados en regalos, viajes al exterior, entre otras cosas. En el procesamiento Rutherford asegura que Fuente-Alba “recibió por cada comisión un viático que depositó en sus cuentas, sin destinarlo a ninguno de los conceptos propios, sino a gastos que no supo identificar y a inversión, y que todos los gastos de los viajes eran pagados con egresos de gastos reservados”.
Como ya se mencionó, no todos los recursos fueron destinados a gastos personales de Fuente-Alba. Él también entregó dineros a generales de división y a excomandantes en jefe, por montos que fluctuaban entre los $400 mil y los $800 mil. Esta acción habría sido admitida por el exgeneral, quien reconoció según Rutherford que “esos recursos provenían de gastos reservados y, por lo tanto, era Jorge Cortés el encargado de obtenerlos del DIFE de la época”, dineros que eran entregados a través de un sobre.
“Indica que él (Fuente-Alba) no tenía el legítimo derecho a percibir esos recursos, pero era una decisión del comandante en jefe de la época, que era el general (R) Humberto Oviedo”, se precisó en el procesamiento.
Fuente-Alba además habría reconocido que dispuso de la entrega de entre US$1.000 y US$3.000 para generales de brigada y de división en cada viaje que realizaran, dineros obtenidos a través de Jorge Cortés, junto con otros miembros. La participación de terceros en firmas y solicitudes de aprobaciones, dificultaron la detección de las irregularidades dentro de la administración del exjefe del Ejército.
La ministra Rutherford procesó a Fuente-Alba por 19 viajes al extranjero, donde junto a su esposa recorrió países como México, Francia, Argentina, Inglaterra, Croacia, Bosnia y Chipre. Todos los viajes fueron pagados con dineros del Ejército a pesar de que Contraloría se pronunció entre 2008 y 2009 para evitar que las parejas viajaran con fondos de la institución.
Las declaraciones de Fuente-Alba, donde habría confesado el mal uso de gastos reservados, fueron cuestionadas por su defensa a través de un recurso de amparo presentado en la Corte Marcial, con el fin de anular las declaraciones del 13, 14 y 18 de febrero por no haber contado con un abogado en el proceso. Además, se acusó que al acusado no se le permitió el ingerir alimentos, almorzar y tener acceso a sus medicamentos.
Ante esto Rutherford negó las acusaciones a través de un informe al tribunal. Allí la jueza señaló que hubo recesos en el interrogatorio para dejarlo almorzar y distenderse. “No es cierto que las indagatorias prestadas por éste ante el tribunal se hayan desarrollado de la forma cómo expone el actor en su libelo (…). Ha procedido a reconocer gran parte de los hechos por lo cuales se le consultaron, y particularmente en relación con el destino dado a los gastos reservados”.