Opinión

Cuerpos celestes invisibles a nuestros ojos

Por: Diario Concepción 01 de Diciembre 2022
Fotografía: Cedida

Katherine Henríquez Brocal
Lcda. y Magíster en Astronomía UdeC

Desde enormes agujeros negros hasta polvo y gas en la galaxia, los astrónomos hemos podido observar una gran variedad de objetos en el universo que antes eran impensados, ¿Cómo ha sido posible la detección de éstos?.

En el cosmos existen objetos que no emiten luz, como planetas o asteroides, y otros que deben ser observados en un rango diferente al visible. A medida que sintonizamos otras frecuencias de onda, podemos ver más allá de solo estrellas. Comencemos diciendo que estamos limitados por nuestros sentidos, nuestros ojos solo pueden detectar un pequeño rango de la luz, conocido como el rango visible (400 nm a 700 nm), por lo que los científicos se las han tenido que ingeniar y crear diferentes mecanismos de detección.

En el año 1800, Wilhelm Herschel descubrió la primera radiación fuera del rango visible, la infrarroja. Esto lo logró cuando quiso medir las diferentes temperaturas de la luz del sol cuando las pasaba por un prisma; se dió cuenta que la temperatura más alta estaba en un sector invisible a nuestros ojos. Años más tarde, se profundizó en la materia y se descubrieron desde los rayos gamma ( frecuencia alta) hasta las ondas de radio ( frecuencia baja). Ahora sabemos que lo que llamamos luz, es un conjunto de todas estas ondas electromagnéticas que vibran en diferentes frecuencias agrupadas en lo que conocemos como espectro electromagnético.

Es debido a esta diversidad de ondas que se han tenido que construir diferentes tipos de telescopios. Desde grandes antenas o interferómetros (agrupación de antenas que trabajan en conjunto, como Alma, que se encuentra en el norte de Chile), son capaces de percibir las ondas de radio, infrarrojo o milimétrico y que nos develan, por ejemplo, el polvo y gas que impregna nuestra galaxia, hasta telescopios espaciales pudiendo detectar los rayos X (que puede estar emitiendo el entorno de un agujero negro). Este último sería imposible de estudiar desde la Tierra ya que nuestra atmósfera los absorbe.

En el año 2015 se detectó por primera vez la existencia de las ondas gravitacionales, predichas por Einstein en 1916, sin embargo, nuevamente este es solo un pequeño rango de un completo espectro de ondas gravitacionales. Estas ondas a diferencia de las electromagnéticas donde la fuente es la luz, aquí son producidas por la aceleración de cuerpos masivos en el espacio.

La luz más allá del visible ha revelado un sin fin de objetos que estaban ocultos a nuestros ojos. Ahora existe un nuevo desafío, construir nuevos detectores lo suficientemente sensibles como para localizar otras fuentes de ondas gravitacionales, ¿Cuántos cuerpos extraños quizás no hemos podido encontrar solo por la falta de sensibilidad de nuestros instrumentos?. Será interesante ver cómo avanza la tecnología para observar por esta nueva ventana al universo y así seguir rastreando las huellas de nuestro pasado.

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