A pesar que el proyecto de crear un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas está en discusión en el Congreso desde hace más de diez años, algunas organizaciones de la comunidad como Codeff y otras, han iniciado un largo y complejo proceso para diseñar un paisaje que permita unir estos importantes retazos del bosque nativo originario de nuestra zona.
Dr. Ricardo Barra Ríos.
Director Centro Eula.
Académico Fac. de Cs. Ambientales, Universidad de Concepción.
Hace dos semanas estuvimos en un seminario organizado por la Asociación de Municipios del Territorio Nonguén, que componen las comunas de Concepción, Chiguayante y Hualqui, además de la Universidad de Concepción (UdeC) a través de la Facultad de Ciencias Ambientales y el Centro Eula, junto a la Seremi del Medio Ambiente de la Región del Biobío.
Fue una oportunidad para dialogar sobre las opciones que se presentan al tener el Parque Nacional Nonguén vinculado a los terrenos de la UdeC y del Cerro Caracol, con el fin de gestionar esta unidad de paisaje permitiendo a la vez proteger esa biodiversidad única de esta parte de Chile.
A pesar que el proyecto de crear un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas está en discusión en el Congreso desde hace más de diez años, algunas organizaciones de la comunidad como Codeff y otras, han iniciado un largo y complejo proceso para diseñar un paisaje que permita unir estos importantes retazos del bosque nativo originario de nuestra zona.
Los beneficios de una iniciativa como esta, impulsada y apoyada por la mayoría de los actores participantes es notable, porque cuando se protege la biodiversidad también estamos cuidando el bienestar de todos los habitantes del Gran Concepción.
Esto se logra a través de la mejora de la deteriorada calidad del aire de esta zona, o contando con esa importante disponibilidad de agua en tiempos de escasez hídrica, además de la oportunidad de disfrutar del paisaje, lo que ayuda notablemente a optimizar la salud mental, que hoy es otro gran problema país, en particular después de estos años de pandemia.
Sin embargo, las amenazas son notables: los incendios forestales, el robo de madera, el abandono de animales domésticos, la basura o los proyectos inmobiliarios en los alrededores, son todos problemas reales a los que en forma coordinada debemos dar atención.
Lamentablemente algunos importantes actores como el sector privado, que son usuarios del parque Nonguén como la empresa proveedora de agua potable que obtiene como un gran servicio del parque para la comunidad, así como también las empresas forestales dueñas de grandes espacios de terreno circundantes al parque, no estuvieron presentes. El concurso del sector privado en estas acciones es muy importante, para conectarse con las necesidades de las comunidades donde estas actividades están presentes, como una forma efectiva de representar la responsabilidad social empresarial y además expresar de manera real el compromiso discursivo con la sostenibilidad.
Algunas organizaciones vecinales representadas en el seminario indicaron la amenaza que representa el trazado de una carretera eléctrica desde Mataquito a Hualqui, que pretende pasar a quinientos metros del borde del parque. Por supuesto que los requerimientos de transportar la energía son comprensibles, pero este no debe ser a costa de perturbar un Parque Nacional, que provee servicios tan importantes para la intercomuna como los descritos ya acá.
La recomendación de la ciencia es brindar dentro de las áreas urbanas más espacios para la naturaleza, y una adecuada conectividad de estos espacios con las áreas mas urbanizadas.
El Seremi del Medio Ambiente, el alcalde de Chiguayante y el rector de la Universidad de Concepción apuntaron a medidas concretas, que expresan el compromiso de hacer efectivo este paisaje, permitiendo vincular importantes ecosistemas como la cuenca del estero Cárcamo detrás del campus con el Cerro Caracol y la cuenca del Estero Nonguén.
Esto es un enorme, pero bonito desafío para mejorar la calidad de vida y otorgar más bienestar a los habitantes de Concepción, ayudando así a asegurar la sostenibilidad del territorio pencopolitano.