Opinión

Protección de la naturaleza: un cambio imprescindible

El anuncio del cierre de la fundición nos permite tener esperanzas: es posible hacer las cosas de modo distinto.

Por: Diario Concepción 24 de Junio 2022
Fotografía: Cedida

Florencia Alvez Marín
Abogada Colectiva – Justicia en Derechos Humanos.

El anuncio sobre el cierre de la fundición Ventanas no es sorpresa. Desde hace décadas ha estado en la discusión, no solo por los trágicos episodios de intoxicaciones de la población, sino que también por las dudas sobre las ganancias -o pérdidas- económicas que el funcionamiento de dicha planta ha generado para el erario público.

Lo que sí sorprende es que la autoridad haya, finalmente, priorizado la salud de las personas y del medio ambiente por sobre presiones y consideraciones económicas.

Quintero y Puchuncaví se han transformado en el emblema de lo que sucede cuando prima la economía por sobre todo. Siguiendo este guión hemos tolerado la proliferación de zonas de sacrificio a lo largo de Chile, justificándolas en nombre del progreso y desarrollo, que en muchos casos nunca llegaron.

El anuncio del cierre de la fundición nos permite tener esperanzas: es posible hacer las cosas de modo distinto. Aún más, es imprescindible hacerlo para enfrentar los desafíos que se ciernen sobre Chile y el mundo.

El momento histórico que vivimos, ad portas de que concluya el trabajo de la Convención Contitucional y del plebiscito para aprobarla, nos invitan a reflexionar considerando que uno de los ejes del texto es la profundización de la protección de la naturaleza y la forma en que nos vinculamos con ella. El Capítulo III de la propuesta de Nueva Constitución está consagrado a la naturaleza y medioambiente, a los bienes comunes naturales, al agua, los minerales y a la defensoría de la naturaleza.

Esperamos que el anuncio del Ejecutivo en relación a la fundición Ventanas sea uno de los muchos pasos que demos para poner a las personas y a la naturaleza en primer lugar, no solo en Quintero y Puchuncaví, también en Coronel, Huasco, Tocopilla y Mejillones. Que se repliquen las decisiones cuyo centro sea la dignidad de las personas, pues cuando hablamos del derecho humano a vivir en un medioambiente sano también nos referimos al derecho a la vida, a la salud, a la integridad física y síquica. Si se vulnera uno necesariamente se vulneran otros, y si se reconoce y garantiza uno a su vez se fortalece el ejercicio y goce de otros. Los derechos humanos, al igual que las personas, son interdependientes: se entrelazan, complementan y enriquecen.

Etiquetas