Opinión

La equidad de género en relación con los valores éticos

Cuando hablamos de equidad de género, no podemos hacerlo sólo desde la teoría, tomando la igualdad desde la formalidad, pues ello no contribuye a solucionar los problemas que nos aquejan como mujeres.

Por: Diario Concepción 10 de Junio 2022
Fotografía: Cedida.

María Luisa Brantt

Académica Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía, UCSC.

Tomar conciencia y transformar la posición de desigualdad que las mujeres han vivenciado a lo largo de la historia, tanto en las esferas política, social, económica y cultural es lo que se puede comprender por equidad de género. Pero, no sólo basta con preocuparse de ello, sino que se debe adquirir un compromiso vivencial en la toma de conciencia de cuáles son los intereses ético-políticos que debiesen estar como mínimos básicos, en donde los principios y valores estén al servicio de las personas y no al revés.

Cuando hablamos de equidad de género, no podemos hacerlo sólo desde la teoría, tomando la igualdad desde la formalidad, pues ello no contribuye a solucionar los problemas que nos aquejan como mujeres. Debemos ocuparnos de los ámbitos como la educación, el trabajo y la política, tomando en consideración la integración con valores éticos que nos sustentan como sociedad. Por ejemplo, la primacía política del principio de justicia debiese ser complementado por una ética del cuidado que considere al feminismo no sólo como un asunto de mujeres, sino más bien enfocado en una base común para toda la sociedad, rompiendo con los paradigmas establecidos, en donde ya no se hable de una división entre una ética racional masculina y una ética del sentimiento femenina.

Pero, ¿cuál sería el posible camino para lograrlo? La estrategia, a mi entender, apunta a promover la igualdad de trato en todo el ámbito social; realizando acciones positivas tanto para hombres como para mujeres, que posibiliten corregir las desigualdades. Y para ello es necesario integrar la perspectiva de género que viabiliza la integración de la igualdad en las estructuras, organizaciones, políticas y acciones. Sólo así habrá una mayor realización de la vida de la mujer a través del fortalecimiento en la participación de la toma de decisiones en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Si bien, se debe reconocer que históricamente se ha avanzado en hitos para alcanzar la equidad de género, aún queda un largo camino por recorrer para conseguir la igualdad de condiciones y oportunidades; no olvidando que las personas están por encima de las diferencias y que la categoría de género no debe ser tomada para excluir o violentar a ningún ser humano.

 

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