Opinión

La protección de los patrimonios culturales

En nuestro país, desde el año 1999 se instauró el Día del Patrimonio que con el tiempo se impuso el último domingo de mayo con gran aceptación y apoyo de la ciudadanía. Hoy ya no es un día sino el fin de semana con miles de actividades en todo el territorio nacional.

Por: Diario Concepción 26 de Mayo 2022
Fotografía: Cedida

Pablo Gaete Villegas
Profesor de Historia y Geografía
Magíster en Arte y Patrimonio UDEC
Director de Balmaceda Arte Joven Biobío.

Si bien desde el siglo XIX se habían realizado algunas iniciativas para la protección del patrimonio mundial, como la primera Comisión para los Monumentos Históricos, Francia en 1837, no es sino con la Carta de Atenas en 1931 donde la comunidad internacional logra establecer las primeras recomendaciones y medidas para el cuidado y protección del patrimonio. Este documento, fruto de las conclusiones de la Conferencia Internacional Para la Conservación de los Monumentos Históricos, es considerado un hito en la cooperación internacional para la conservación del patrimonio. De alguna manera esta iniciativa nace de la preocupación por la destrucción de monumentos históricos y patrimonio arquitectónico invaluable durante la Primera Guerra Mundial. Pero hasta esa fecha solo algunos países europeos protegían su patrimonio, muchos lo hicieron después de la tragedia que significó para el patrimonio urbanístico y arquitectónico la Segunda Guerra Mundial.

Deberían pasar más de treinta años para que un segundo hito actualizara y modernizara las normas de protección, incluyendo técnicas avanzadas en conservación y restauración del patrimonio cultural. Celebrado en Venecia en 1964, el II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos redactó la Carta Internacional sobre la Conservación y Restauración de Monumentos y Sitos, conocida como la Carta de Venecia. Posteriormente durante La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, celebrada en París en 1972, más de ochenta países de los cinco continentes firmaban la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural dando así un paso gigantesco en la conciencia del valor y protección del patrimonio por parte de la comunidad internacional. Documento que incorpora por primera vez el concepto de “patrimonio natural”. Ya más recientemente, en 2003, y con el objetivo de entregar orientaciones para salvaguardar usos, expresiones, conocimientos y técnicas que comunidades e individuos reconocen como parte integral de su patrimonio cultural, la Asamblea General de la UNESCO aprobó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, actualizando en un solo texto la legislación internacional respecto a la protección del patrimonio mundial.

En nuestro país, desde el año 1999 se instauró el Día del Patrimonio que con el tiempo se impuso el último domingo de mayo con gran aceptación y apoyo de la ciudadanía. Hoy ya no es un día sino el fin de semana con miles de actividades en todo el territorio nacional. La celebración se realizará este 28 y 29 de mayo y cambia de nombre a Día de los Patrimonios. Y ya no son solo museos y edificios históricos los que se abren a la comunidad, sino como lo señaló la Ministra de Cultura Julieta Brodsky “este año, el Día de los Patrimonios se impregna de la diversidad cultural presente en nuestro país y hace un llamado a que nos encontremos en torno a los patrimonios vivos, tradiciones y herencias culturales” y agregó que espera “que cada barrio, pueblo, ciudad, región de Chile, cada rinconcito, se convierta en un ente vivo que saca a la luz sus identidades”. Es impresionante como en tan pocos años, en nuestro país, las comunidades han tomado conciencia de la valoración y protección de sus patrimonios materiales e inmateriales. Un hermoso ejemplo de ello es la Asociación Chilena de Zonas y Barrios Patrimoniales que ha realizado encuentros y seminarios defendiendo el patrimonio en diversos territorios; y que recientemente se ganara el derecho a tener un representante ante el Consejo de Monumentos Nacionales. Como sabiamente lo expresa la arquitecta e historiadora argentina Marina Waisman, “el patrimonio se une al desarrollo de la vida urbana para crear una y otra vez nuevos significados”.

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