Opinión

Tierras, territorios y recursos indígenas

Es cierto: la plurinacionalidad ha existido, en Chile, desde hace siglos. La tarea ahora es que ese principio favorezca un trato justo e igualitario entre las diversas naciones que cohabitan en este territorio. Una convivencia armónica que restituya, en sus derechos históricos, a los pueblos indígenas.

Por: Diario Concepción 06 de Mayo 2022
Fotografía: Cedida | Jorge Aillapán Quinteros

Jorge Aillapán Quinteros
Abogado y Doctor en Derecho
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
Corporación y Oficina Jurídica

La Plurinacionalidad se ha constatado, no inventado. La nueva Carta Magna solo viene a ratificar la convivencia política que ha existido, desde hace siglos, en el territorio chileno. Claro, una convivencia injusta y desigual que ha generado incombustible violencia, pero que -en parte- podría verse solucionada con este pacto social en ciernes, más aun con la norma aprobada el día miércoles sobre tierras, territorios y recursos indígenas.

Lamentablemente, la desinformación ha ido permeando la opinión pública, amén de una coordinada y disciplinada campaña en contra de los pueblos indígenas y sus derechos incorporados al actual borrador constitucional. En la era de las fake news, la Convención Constitucional ha devenido en un caldo de cultivo para que líderes de opinión se ofrezcan a confundir y derechamente engañar a la ciudadanía. Lo cierto es que la norma aprobada permitirá dar solución a demandas históricas de las naciones indígenas sobre sus tierras, territorios y recursos naturales. Claramente no se trata de privilegios, sino del reconocimiento a la desposesión y usurpación que han sufrido, especialmente el pueblo mapuche. Tampoco la norma abre pie para demandar cualquier cosa, de ahí la necesidad de que sea el Estado quien genere los instrumentos jurídicos eficaces para el catastro, regularización, demarcación, titulación, reparación y restitución de esos territorios. Esto último resultará crucial, máxime si consideramos que los estándares internacionales en la materia son proclives a la restitución de las tierras consideradas “ancestrales”, o de ocupación histórica, en base a un procedimiento expropiatorio que genere certeza jurídica y brinde una adecuada indemnización y pago a los expropiados.

Es cierto: la plurinacionalidad ha existido, en Chile, desde hace siglos. La tarea ahora es que ese principio favorezca un trato justo e igualitario entre las diversas naciones que cohabitan en este territorio. Una convivencia armónica que restituya, en sus derechos históricos, a los pueblos indígenas. Una convivencia plurinacional, en donde la justicia territorial traiga de vuelta la anhelada paz.

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