Cada año, con la llegada del mes de septiembre, el país vuelve a recordar los dolores y fracturas de nuestra historia reciente. El golpe de Estado del 11 de septiembre del 73 sigue activando los fantasmas de una generación donde víctimas y victimarios aún se encuentran y desencuentran habitando los espacios de un mismo territorio.
Pablo Gaete Villegas
Profesor de Historia y Geografía
Magíster en Arte y Patrimonio UdeC
Director Regional de Balmaceda Arte Joven Biobío
Cada año, con la llegada del mes de septiembre, el país vuelve a recordar los dolores y fracturas de nuestra historia reciente. El golpe de Estado del 11 de septiembre del 73 sigue activando los fantasmas de una generación donde víctimas y victimarios aún se encuentran y desencuentran habitando los espacios de un mismo territorio. Y el reencuentro se hace muy complejo mientras la herida de los más de 1.200 detenidos desparecidos sigue abierta. La terrible pregunta ¿Dónde Están? aún no tiene respuesta. Las instituciones de Derechos Humanos, el Museo de la Memoria y algunos medios de comunicación programan actividades conmemorativas, difunden entrevistas y exhiben material de archivo. Sin embargo, el rol de las artes y de la cultura, el compromiso de los artistas durante el periodo de la Unidad Popular es un ámbito menos conocido y que recién se aborda desde la perspectiva académica. Al respecto y con motivo de la conmemoración de los 50 años del triunfo de Salvador Allende, el Centro para las Humanidades de la Universidad Diego Portales creo una plataforma que registra y reinterpreta el legado cultural y artístico de la Unidad Popular. Con la participación de más de 70 artistas, intelectuales y académicos la plataforma reúne testimonios en primera persona, material audiovisual sobre las 40 Medidas y nuevas versiones de canciones que fueron hitos de ese periodo. En el proyecto denominado “50 años/La Cultura en la Unidad Popular” se pueden leer entrevistas del arquitecto Miguel Lawner, coordinador de la épica construcción en tiempo record del edificio de la UNCTAD; del artista visual Guillermo Núñez, director del Museo de Arte Contemporáneo en la época; el cineasta Miguel Littin, entonces presidente de Chilefilms, del sociólogo y Premio Nacional de Humanidades Manuel Antonio Garretón, director del Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN) de la UC hasta su disolución, en 1973. Son en total 33 testimonios de figuras que lideraron distintos espacios artísticos durante el gobierno de Salvador Allende.
También es notable la labor realizada entonces por el sello discográfico DICAP (Discoteca del Cantar Popular) que promovió y difundió a los principales exponentes del movimiento de la Nueva Canción Chilena como Rolando Alarcón, Víctor Jara, Patricio Manns, Inti Illimani, Quilapayún y Ángel e Isabel Parra, quienes venían desarrollando un intenso trabajo creativo desde mediados de los 60 vinculado a las investigaciones de folklore y canto campesino realizadas por Violeta Parra, Margot Loyola, Gabriela Pizarro y Héctor Pavez. Otro importante referente cultural de la época fue Editorial Quimantú que tuvo como propósito la edición de importantes títulos de la literatura nacional e internacional a muy bajo costo y al alcance de todos. La editorial Quimantú en su afán por ampliar la cantidad de lectores y democratizar la cultura, llegó a lanzar en 1971, cerca de 50. 000 ejemplares de un libro, récord nunca más superado en el país.
Y todo esto ocurría mientras Roberto Matta pintaba junto a jóvenes de la Brigada Ramona Parra el gigantesco mural “Primer Gol del Pueblo Chileno” borrado por la Dictadura, pero felizmente recuperado y restaurado como un vivo y colorido archivo que testimonia en un espacio público el rol y compromiso de los y las artistas de aquella época