Opinión

Agilizar vacunación contra el covid-19: ¿Es liberar las patentes una prioridad?

Hoy tenemos una oportunidad única para repensar el sistema completo de acceso a los medicamentos a nivel mundial. Difícil tarea: priorizar el interés público, sin perder de vista los incentivos a la innovación farmaceútica.

Por: Diario Concepción 19 de Junio 2021
Fotografía: Cedida

Prof. Paula Cortés
Integrante del Programa de Estudios Europeos.

Más de 100 Estados y destacadas ONGs, tales como Médicos sin Fronteras, han propuesto la liberalización de las patentes que protegen la propiedad sobre las vacunas contra el covid-19. A primera vista, la desigual velocidad de inoculación en el mundo, los desastrosos efectos del coronavirus y principalmente, la escasez de vacunas, parecieran ser motivo suficiente para apoyar la priorización de esta medida. Si bien dicha propuesta debe ser discutida por los Estados en el seno de la Organización Mundial de Comercio, creemos que dada la urgente necesidad de vacunas y la gran cantidad de aristas de esta iniciativa, es que debe ser objeto de un debate más profundo.

Liberar las patentes de las vacunas contra el covid-19 no garantizará la disponibilidad inmediata de una mayor cantidad de ellas. La fabricación de las vacunas contra el covid-19 es un proceso complejísimo. Por ejemplo, la vacuna de la marca Pfizer desarrollada por la empresa alemana BioNtech requiere 280 ingredientes y materiales que provienen de 19 países. Agreguémosle a eso los estándares de bioseguridad y la infraestructura necesaria para su producción. Liberar las patentes sin resolver la manera en que se implementará dicha medida, podría incluso agravar la escasez de las materias primas necesarias para la producción de las vacunas y rebajar los estándares de seguridad de dicho producto.

Medidas urgentes como el fortalecimiento del mecanismo COVAX (el que incluso se encarga de negociar los precios para que todos los países participantes puedan acceder a la vacunas contra el covid-19), la solidaridad de los países ricos con los más pobres mediante la donación de grandes volúmenes de vacunas y las inversiones necesarias para acelerar su elaboración y distribución, al igual que la transferencia voluntaria de patentes y tecnología de las farmaceúticas a instituciones públicas o privadas dotadas de la capacidad de producción debida, resultarán clave para superar esta pandemia.

Ojalá la discusión no quede sólo en la liberalización de las patentes. Hoy tenemos una oportunidad única para repensar el sistema completo de acceso a los medicamentos a nivel mundial. Difícil tarea: priorizar el interés público, sin perder de vista los incentivos a la innovación farmaceútica. Cuando nos azote la próxima pandemia, lo vamos a agradecer.

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