Al estallar la Guerra del Pacífico, la población chilena, en un comienzo, no veía con buenos ojos el participar en dicho conflicto. Fue el Combate Naval de Iquique, la gesta de Prat y sus hombres, lo que motivó la participación de grupos de todos los pueblos chilenos, constituidos en batallones, para asistir al conflicto.

Concepción no fue la excepción, y en la ciudad se levantó la inscripción para el Batallón Concepción, que al mando del comandante Herminio González, participará en varios eventos, siendo el más importante el de la Batalla de Huamachuco, que puso fin al conflicto armado, logrando la victoria de Chile sobre Perú y Bolivia.

Al término de la guerra, Concepción había sufrido la pérdida de sus hijos, tanto de familias connotadas y del pueblo. Además, los que volvieron lo hicieron en calidad de desvalidos y mutilados, perdiendo con ello su capacidad de hombre productivo, esto motivó la creación de la Sociedad de Veteranos del 79.

El 21 de marzo de 1910, la municipalidad aceptó una solicitud de la Sociedad de Veteranos Inválidos de la Guerra del Pacífico y cedió a esta institución, por el plazo de cinco años, una casa ubicada en la falda del Cerro Caracol, para destinarla a Hogar Social.

Con posterioridad, se cumplió este plazo, pero, se estableció que esta cesión caducaría en el momento en que el número de componentes de la institución quedase reducido a ocho miembros y se le dio ese nombre a la calle adjunta a la casa cedida que se encuentra paralela a la calle Víctor Lamas.

La casa en cuestión que ocuparon dichos veteranos del 79 corresponde a una que existió hasta hace algunos años, frente a la cascada del Cerro Caracol, ocupada por mucho tiempo por los diferentes grupos de artistas de la ciudad. Desaparecida como consecuencia de un incendio, actualmente solo queda en el lugar algunos escombros de su chimenea interior.

Luego de la muerte de los últimos veteranos, familiares pusieron a disposición del museo de la Plaza Acevedo, el estandarte y algunas medallas ganadas en tan sangriento conflicto y que aún se exhiben a la memoria de dichos héroes.

No puedo terminar este pequeño artículo, sin dedicar un saludo a la Armada de Chile, en su día de las Glorias Navales.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción.