Claudia Pavez Souper
Candidata a constituyente Distrito 20
Estamos aún inmersos en una grave crisis sanitaria y nuestro país se remeció con el estallido social. Independientemente de la violencia que agregó problemas para el comercio y empresas, que todos debemos rechazar, debemos tener claro y hacernos cargo de las personas que dejamos fuera del carro de la economía y el crecimiento, nos gritaron en la cara que estábamos mal y estamos seguros de que es así cuando vemos que el 50% de las personas que trabaja gana menos de $400 mil.
La mejor solución, más que constitucional, tiene que ver con el rol de las empresas que necesitan trabajar por un propósito de impacto real, debemos poner a las personas en el centro también desde el Estado. Debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por actuar responsablemente, por escucharnos, entendernos y pararnos en el lugar del otro, incrementar la participación de los colaboradores hasta ver ejemplos como el de la pesquera Friosur de Aysén que entregó un 20% de la propiedad a una cooperativa de su equipo.
Ese tipo de acciones realmente impactan en los resultados de una empresa, entregan autonomía y sentido de pertenencia. Pero lo más importante es que cambia la forma de ver a los empresarios, generan confianza al mostrar una verdadera preocupación por las personas.
Y esto del propósito qué es, muchos empresarios tienden a pensar que eso los desviará de su función principal que es hacer dinero y la verdad es que el propósito lo que hace es darnos una sólida razón para hacer ese mismo dinero, aunque por los motivos y de la manera adecuados. Lo mismo pasa con los grupos de interés, siempre y cuando existan reglas más clara y parejas, con más argumentos técnicos para decidir proyectos y más participación ciudadana para comprender las vocaciones de cada territorio o vecindario y ver cuáles son los sueños de sus habitantes.
Para avanzar hacia la sostenibilidad social, igual que en los demás objetivos de desarrollo sostenible, la tarea es de todos los habitantes de este planeta y, en ese sentido, las empresas y sus líderes tenemos una tarea pendiente. Esa es la forma de sacar lo bueno que llevamos dentro en nuestras empresas y en los barrios para hacer vida ciudadana y ponernos de acuerdo, conversar, que todos ganemos en ese camino.
Esa es la manera de lograr el triple impacto positivo: personas, ambiente y desarrollo, que debe impulsarlo la nueva constitución, pero se trata de un cambio cultural en el que se requieren líderes con ganas de trabajar hacia un Chile más empático y humano, un Chile más colaborativo y mejor.