Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción
Luego de la firma de la declaración de la Independencia de Chile en Concepción, un 1° de enero de 1818, don Bernardo O’Higgins se da cuenta de la importancia que reviste el mar en la protección de la soberanía nacional. De ahí su frase, luego del triunfo de Chacabuco: “este triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar”.
Durante los años 1817 a 1818 O’Higgins venciendo innumerables problemas financieros organiza la primera escuadra nacional. Compuesta por una pequeña flota a la cual se irán incorporando una serie de otros navíos, por compra o captura al Imperio Español, para luego de múltiples operativos, contar con una escuadra chilena que pudo zarpar a consolidar la Independencia del Perú, con una flota de 23 buques.
Para la reparación, y mantención de una armada nacional se requiere la participación de una serie de artesanos y maestros especializados como carpinteros de ribera, herreros, mecánicos, especialistas en cordonería, velas y otros equipamientos para realizar las especialidades, así también como varaderos y otros. Para tal efecto, el 5 de diciembre de 1817se creó un arsenal destinado al almacenamiento de armamento, municiones y toda clase de artículos que precisara para su operación, la escuadra. Este arsenal, instalado en Valparaíso es la base desde la cual partió la mantención y conservación de la flota naval chilena.
Hoy, que conmemoramos el inicio del mes del mar y, con él, el aniversario 61° del surgimiento de Asmar, empresa que tiene como objetivo la reparación , construcción y servicios generales de la Armada de Chile, como a su vez la mantención de la mayoría de la flota de barcos que recorren nuestro extenso litoral.
No obstante que la mayoría de las ciudades chilenas fueran fundadas en el sector de la depresión intermedia de nuestro largo territorio, Chile cuenta con una serie de puertos de vital importancia para el abastecimiento y la importación de nuestras mercaderías y materias primas. Cuenta, además, con la mejor bahía existente en las Américas, según el relato de Pedro de Valdivia: la bahía de Concepción. En cuyo interior se instaló el primer dique seco para la reparación de nuestra flota y que fuera inaugurada el 20 de febrero de 1896; se puede decir que en la época fue una de las principales obras, a nivel latinoamericano y que, hasta los días de hoy, presta servicio a los Astilleros y Maestranza de la Armada. En su inauguración ingresaron a dicha obra, el monitor Huáscar y el crucero Cochrane para la limpieza de sus fondos. Luego del dique seco y con motivo de la adquisición del crucero acorazado Almirante Latorre, se creó la necesidad de construir un nuevo dique de mayores proporciones para dar servicio a esta nueva embarcación, de dimensiones poco vistas en la época.
Hoy, Asmar no sólo presta servicios a la Escuadra Nacional, sino que además, a través de su personal técnico y de una serie de instalaciones recientemente adquiridas, se encuentran operando no solo en la mantención, sino en la fabricación de naves para la Armada, empresas y particulares que así lo necesiten, y en este momento está en construcción nuestro primer buque rompehielos, que vendrá a reemplazar al antiguo Almirante Oscar Viel, en las operaciones que nuestro país tiene en el continente antártico.
Con ocasión de la crisis sanitaria que hoy afecta al país y al resto de la humanidad, Asmar y la Universidad de Concepción se han unido para construir ventiladores mecánicos para los hospitales y que son, sin duda, un aporte para enfrentar estos aciagos momentos.