Opinión

La ciudad fantasma

Por: Diario Concepción 12 de Abril 2021
Fotografía: Paulo San Martín Cuevas

Hace unas semanas la vida en torno a la ciudad desapareció, tanto por la solicitud sanitaria como por empatía, donde hemos retornado a nuestros hogares.

Las ciudades en Chile parecieran desiertas, la verdadera escala de los edificios, las plazas, los equipamientos se desnudaron ante la ausencia del ser humano.

¿Por qué hay que desaparecer de la ciudad para estar seguros? ¿Por qué las ciudades no funcionan cuando hay gente transformándola en un potencial riesgo sanitario? La respuesta está en la falta de planificación de estas.

Durante la década de los 90 cuando “resurgía” el nuevo Chile basado en la economía, nuevos elementos arquitectónicos se transforman en el ícono de una época, pero para la notoriedad de algunos, ninguno consideraba el entorno y sólo se transformaron en cajas vidriadas sin relación con el ser humano, la arquitectura se despojó del hombre y con ello surgen ciudades que simplemente se transformaron en una sumatoria de edificios sin relación alguna con el entorno, salvo pocas excepciones.

El silencio cómplice del Estado, arquitectos y una ineficiente consulta ciudadana permitió que el espacio público ventilado (considerados como espacios seguros en algunas etapas del virus) se vaya mermado por sobre el capital, crear sólo espacio para reunirse en torno al consumo se demuestra claramente con el colapso de los centros comerciales (malls) que brindan plataformas para resolver la ansiedad de la única forma que hemos sido formados como sociedad, creando hasta “pasto artificial” dentro de espacios que no dialogan con la ciudad.

Entonces ante este diagnóstico la ciudad más que congregar terminó enfermándonos y dejando de ser un espacio de interacción sano, seguro y confortable. Es quizás por eso que el mobiliario urbano termina siendo degradado en todas las manifestaciones dejando en claro que el espacio público no lo sentimos propio y por ende no lo cuidamos. La ciudad fantasma apareció en muchas partes del país demostrando que a través de su desaparición como espacio de congregación al parecer las cosas se solucionan.

Triste para quienes amamos la ciudad, la vibramos y anhelamos siempre poder transformarla en espacios democráticos y sanos.

¿Estamos a tiempo de reencontrarnos con nuestras ciudades? Estoy seguro que sí.

Paulo San Martín Cuevas
Arquitecto y candidato Constituyente Distrito 20

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