Nada que celebrar para las regiones. Y no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío.
Jorge Condeza Neuber
Ingeniero Comercial
Hace unos días se “celebró” el día de las Regiones. Hubo muchas columnas que daban cuenta de su importancia; de los esfuerzos que las autoridades realizan para impulsar este importante asunto, y se reiteró el eterno compromiso con la regionalización y la descentralización.
Pero, además de ser una fecha absolutamente inadvertida por la gran mayoría de la ciudadanía, lo escrito es sólo letra muerta ya que los hechos muestran que las autoridades discursean del tema, pero al cabo de un rato no sólo se olvidan de las promesas, sino que hacen absolutamente lo contrario.
Los recursos que administran los gobiernos regionales con la aprobación de los Consejos regionales han tenido una constante rebaja respecto al gasto e inversión establecido en el presupuesto de la Nación y cada año las regiones pesan menos.
El Presidente, en una columna de un diario de circulación nacional, indicó que el presupuesto 2021 dispuesto para los gobiernos regionales creció 5%, pero en estricto rigor creció 2,3% nominal, lo que se traducirá en una disminución en términos reales. Más aún, para el año 2021 se rebajó el Fndr en un 22%, volviendo este fondo a lo que era el año 2015 ratificando que es en sus gobiernos cuando el Fndr menos creció. También han disminuido para el 2021 los fondos denominados Transferencias Regionales (-2,3%) y los de Convergencia (-3,2%). En contrapartida se indica que aumentaron los fondos F.A.R. , lo cual es una verdad a medias ya que la asignación cae y sólo se compensa con fondos provenientes del ahorro obligado al cuál se ha sometido a las regiones durante años, ya que a pesar de ser un fondo espejo del gasto en el Transantiago, a las regiones no se les entregaba el 100%, sino sólo una parte.
Lo que viene, y que actualmente se discute en el parlamento (que algunos erróneamente denominan ley de rentas regionales) no cambiará absolutamente nada. Se crearán dos nuevos fondos: Fondo Equidad Interregional que ordenará de otra forma lo ya existente en los fondos de zonas rezagadas y regiones extremas; y el Fondo de Contingencia Regional que usará los fondos que hoy están ya provisionados en otros ítems. Nada nuevo. Sólo más burocracia en la Subdere que tendrá encargados y suplentes para estos nuevos fondos lo que ayudará al gobierno de turno a colocar a parientes y amigos.
Nada que celebrar para las regiones. Y no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío.
Habrá elección de Gobernadores, un asunto que tiene más incógnitas que certezas; y por años habrá un maquillaje generalizado al proceso de regionalización que podríamos decir que hasta ahora es un proceso fallido, porque la realidad es que mientras los recursos se disminuyan año a año y las facultades y atribuciones sean en cuestiones menores, no se podrá hablar de real capacidad de gestión local.10