Opinión

La carga del presente (segunda parte)

La astronomía es el estudio del pasado del Universo. Digo del pasado porque la información que nos llega del Cosmos no viaja a una velocidad infinita, por lo que siempre le va a tomar tiempo en llegar hasta nosotros.

Por: Diario Concepción 15 de Octubre 2020
Fotografía: Roger Leiton

Dr. Roger Leiton Thompson
Investigador en Centro para la Instrumentación Astronómica (CePIA) y Proyecto Anillo Formación y Crecimiento de Agujeros Negros.
Departamento de Astronomía, U. de Concepción.

“Así, la estructura de la sociedad […] creó un conflicto entre los intereses de corto plazo de aquellos en el poder y los intereses a largo plazo de la sociedad como un todo”.
Jared Diamond, Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.

La astronomía es el estudio del pasado del Universo. Digo del pasado porque la información que nos llega del Cosmos no viaja a una velocidad infinita, por lo que siempre le va a tomar tiempo en llegar hasta nosotros. Estudiando pacientemente su pasado le hemos arrancado muchos secretos al Universo. Incluso nos atrevernos a hacer predicciones sobre su futuro: la fecha y hora precisa de eclipses; la posición y velocidad de los planetas del Sistema Solar; el retorno cometas periódicos; que el Sol engullirá a la Tierra en 5 mil millones de años más. Estos pronósticos se pueden hacer gracias a la acumulación de detalladas observaciones de acontecimientos pasados y a los patrones que surgen de esas observaciones, las leyes de la Naturaleza. Intentar hacer predicciones precisas es una de las facetas fundamentales de la Ciencia.

Pero no basta solo con un montón de observaciones movidas por la curiosidad para deducir patrones y predecir eventos futuros. Se requiere aplicar también una buena dosis de razonamiento coherente, con la mente abierta y sin dogmas, junto con un afilado escepticismo. La mente abierta nos permite ver situaciones no consideradas antes. Por otro lado, el escepticismo exige que nuestros juicios tengan correspondencia con la realidad, para que una explicación no se imponga sólo porque está de moda, por tradición, o basada en nuestros gustos y emociones. En suma, la práctica del escepticismo reduce las posibilidades de que se nos engañe y, tanto más importante, que nos engañemos a nosotros mismos. Esta actitud nos ha abierto poco a poco las puertas del Universo, desde los átomos hasta las galaxias. Siendo tan eficaz para comprender el mundo, ¿por qué no aplicarla a otras decisiones?

Entendiendo bien el pasado, mejor podremos tomar las riendas del presente para darle forma al futuro. No podemos influir en el futuro del Universo pero si en el nuestro. Sería importante, entonces, conocer y analizar nuestro pasado de una manera objetiva, conteniendo las emociones que distorsionan el juicio, y así destilar las mejores lecciones. ¿Qué pasaría si cada generación actuase con más racionalidad en beneficio de las generaciones futuras? Me pregunto si los humanos viviríamos acumulativamente mejor practicando la solidaridad entre generaciones que jamás se conocerán. Hemos progresado como especie y seguramente lo seguiremos haciendo, pero de haber usado activamente la razón y el escepticismo quizás ahora seríamos una más sensata viviendo entre las estrellas.

1ra parte:

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