Que estos tiempos, donde podemos seguir a la orquesta de manera virtual, sirvan para acumular el deseo de poder reencontrarse con ella.
Álvaro Gallegos
Premio a la Música Nacional
“Presidente de la República” 2017
Como reportero y crítico musical en la capital de este centralista país, siempre me ha motivado el poder dar a conocer en la Región Metropolitana lo relacionado con la actividad realizada en el resto de las grandes urbes chilenas en torno a las artes musicales. Por supuesto que Concepción posee un peso histórico insoslayable, en gran medida por la trayectoria de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción (UdeC).
Mi primer acercamiento con esta agrupación se produjo en el año 2008, cuando por casualidad me enteré (las redes sociales no eran entonces lo que son hoy) que la orquesta realizaría un programa íntegro dedicado a un compositor chileno, el recordado maestro Luis Advis. Que una agrupación sinfónica dedique todo un concierto a un sólo creador nacional era y sigue siendo algo poco habitual.
Aquella puerta de entrada me llevó a mantener un nexo que me traería de vuelta a la capital del Bío Bío unas dos o tres veces al año, para ver conciertos de la Sinfónica de la UdeC, los que después comentaría en distintos portales web de la capital.
Así, se fueron sumando varias experiencias imborrables. Una de las más emotivas fue la apertura de temporada del 2010, tan sólo pocas semanas después del fatídico terremoto. Avenidas cerradas, edificios en el suelo, escombros por todos lados y el Teatro UdeC llenándose de un público que quiere a SU orquesta y vibró con los sones de la “Heroica” de Beethoven y “Balmaceda” del maestro chileno Acario Cotapos.
Otro ejemplo que cito corresponde al 2014, donde se juntaban una obra del vanguardista Bruno Maderna, más el estreno de “Y todavía tiene una pena” de René Silva, joven compositor que se inspiró en el conflicto mapuche, y como fondo, Richard Strauss, con quizás el menos conocido de sus poemas sinfónicos, “Aus Italien”.
En el papel, un programa poco “taquilla”, pero calurosamente recibido, ya que el público penquista escucha muy atento lo que le entrega la orquesta.
Este 2020, se había anunciado una temporada de enormes atractivos, potente, que volvería a reafirmar todo lo expuesto. Que estos tiempos difíciles, en donde al menos podemos seguir a los músicos de la orquesta de manera virtual, sirvan para acumular el deseo de poder reencontrarse con ella. Que la Sinfónica UdeC sea un faro post-crisis para confortarnos, inspirarnos y seguir siendo el panorama ideal en el centro de Concepción un sábado en la tarde-noche. Estoy seguro de que así será.