Mientras escribo esto, probablemente ya estemos en cien mil contagiados. Los mil fallecidos ya los pasamos y cada día son más de 4 mil nuevos casos. Eso es lo que vemos a diario en una infografía y, sacamos cuentas poco alegres, mientras nos quejamos de lo aburrido que es estar encerrados, pensamos que salir por ahí cerca no es tan malo. Algunos dicen que la vida sin fútbol es terrible. Seguro, pero más terrible sería el fútbol sin vida.
Y en ese auge de la curva, nos encontramos a los equipos de fútbol volviendo a las prácticas. En grupos chicos y casi sin balón, no suena tan malo. Correr bajo ciertos cuidados hace bien incluso para airear la cabeza un poco. Pero, volver a la acción en julio realmente suena descabellado. Sí, en meses de lluvia y bordeando a los 200 mil, perfectamente. Sí, pero son números, cifras que se ven allá lejos. Claro, como no tengo nadie cerca contagiado, tal vez están exagerando.
¿Y si lo hace Alemania? ¿Y si puede España? Comparaciones fuera de foco, con países que quieren cerrar luego sus torneos para definir cupos, pagar premios y cerrar situaciones contractuales que terminan en esta fecha. Si no, no se puede finiquitar a nadie. Entrar a Champions son las lucas que te hacen el presupuesto que viene. En España dicen que volver sin fútbol ya es pérdida, pero no jugar es perder cuatro veces más. Todo en euros, los números de contagiados van después.
Y acá pasa lo mismo, es tendencia donde sea: los números que mandan son los ingresos y pérdidas en la caja. Y también se juega con eso, con el miedo al desempleo, al quiebre económico de los negocios. Los clubes hoy no son más que eso. ¿Volvemos al fútbol porque lo extrañamos o porque los clubes no tienen cómo pararse? Somos ingenuos y románticos, pero voy por lo segundo. Hoy sigue pagando CDF y con eso alcanza en gran medida. O debería. Pero si CDF se aburre, que cerca debe estar, dejaría de llover en la plantación. Se secan todos.
Así la Anfp cambia de cabeza porque alguien debe poner mano dura. Alguien debe decir que se juegue aunque haya estallido social, porque si no los bolsillos se van pelando. Alguien debe dar una fecha para volver luego a las canchas porque la billetera no aguanta. ¿Es tan urgente el fútbol? Seguro que sí, pero no para usted ni para mí.