Opinión

La pandemia y su efecto sobre algunos contratos

Por: Diario Concepción 09 de Mayo 2020
Fotografía: Pedro Hidalgo Sarzosa

Pedro Hidalgo Sarzosa
Profesor de Derecho Civil
Universidad de Concepción

En los últimos días hemos tenido ocasión de conocer distintas opiniones en relación a que sucederá con el cumplimiento de las obligaciones de los deudores en algunos contratos, en especial, con la obligación del arrendatario de pagar la renta convenida.

Una primera solución que se ha vertido es la de estimar que estando frente a un caso fortuito, lo que procede es eximirlo del cumplimiento de dicha obligación. No participamos de esa opinión. El análisis de las reglas legales sobre la materia nos llevan a la conclusión contraria.

El contrato de arriendo, junto a la compraventa es el contrato civil de mayor ocurrencia práctica y, por lo mismo, es uno de los mayor incidencia tiene en el número de causas que llegan a los tribunales, por ello, el interés en manifestar nuestra opinión al respecto, estimo que se han creado expectativas que no son correctas ni recomendadas para una adecuada convivencia entre todos. Si bien se trata en efecto de un caso fortuito, este no reúne los requisitos para liberar al deudor de su obligación de pagar la renta, sirva el antecedente que se trata de una obligación de género, la entrega de una suma de dinero, aquél no perece, otra cosa es que muy probablemente, muchos tendrán dificultad en reunirlo y disponer de lo suficiente para el pago, pero es un problema de morosidad, ante lo cual lo más sensato es procurar un acuerdo entre las partes, recordemos que los argumentos que opongamos a nuestro acreedor, para justificar que no podemos pagar, luego, se nos volverán en contra, cuando le queramos exigir a nuestros deudores que nos cumplan.

Se trata de, entonces, ante el panorama que se nos viene, de obtener soluciones colaborativas, los tiempos que nos tocará vivir obligan a encontrar soluciones que no signifiquen un triunfo individual, estamos frente a un problema social, más que jurídico, es necesario encontrar la solución que menos daño nos cause como sociedad, una tarea a la que los abogados y tribunales tienen el deber de contribuir, por ello, es que la tarea de los tribunales será la de instar por la conciliación, si ello ocurre, los litigantes se verán inducidos a buscar acuerdos, incluso, los recomendarán antes de iniciar el pleito, que será extremadamente desgastante, no se tendrán las soluciones mágicas, ni tampoco en el corto plazo, con lo que se frustrarán muchas expectativas. Por ello, parece ser que ha llegado el momento de ser generosos en muchos casos, tratando de hacer el esfuerzo de poner en el papel del otro, siendo honestos en ellos y no tratando de obtener una muy pequeña ventaja frente al infortunio que a todos nos afecta.

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