Cada vez cobra más vigencia, importancia y prioridad la generación de acuerdos y pactos.
Augusto Parra
Presidente Fundación República en Marcha
El pacto global 2030 fundado en el impulso de sus 17 objetivos enfocado en cuatro dimensiones fundamentales: el respeto a los Derechos Humanos, crecimiento económico, inclusión social y protección del medio ambiente, cobra singular importancia y vigencia en cuanto camino posible para enfrentar los desafíos que nos impone algunos signos de necesaria corrección en la estrategia de desarrollo. Para hacerla más humana y capaz de oponer protección social a las amenazas y vulnerabilidades qué hemos de enfrentar.
Superando la lógica de las cargas ideológicas para dar cabida aquellas soluciones que permitan avanzar en paz y cohesión social para dar sostenibilidad al progreso.
Algunos producto de las amenazas y reveses que ha sufrido la globalización, como la pandemia del coronavirus, el manejo de la migración y el Brexit entre tantos otros antecedentes que evidencian el surgimiento de problemas globales que amenazan a los Estados Naciones, piensan que avanzamos en dirección del nacionalismo o a soluciones populistas que no asumen que el camino es la integración, el fortalecimiento de una institucionalidad internacional alejada del partidismo político y orientada a la colaboración y cooperación con base en la ciencia, la tecnología, los datos y el conocimiento, pasando de la intuición y la improvisación a la precisión.
Cada vez cobra más vigencia, importancia y prioridad la generación de acuerdos y pactos, que hagan posible generar condiciones de mayor cohesión y fortalecimiento del tejido social, para enfrentar juntos los temores, amenazas, vulnerabilidades y su perar las desconfianzas. Para fortalecer y revalorizar la democracia en cuanto mejor sistema de gobierno conocido. Y transitar como paradigma fundamental hacia el impulso de un desarrollo integral, inclusivo y sostenible cómo camino posible para la paz, el reencuentro y el progreso. Desde la aldea global.