Opinión

Analizar la violencia sociopolítica

Por: Diario Concepción 19 de Marzo 2020
Fotografía: UdeC

Félix Cova S.
Académico Universidad de Concepción

En el contexto de polarización política y social que vivimos existen pocos intentos de reflexión genuina sobre la violencia sociopolítica. Más bien se hacen discursos acerca de ella destinados a criticar al bando contrario y a defender las propias posturas. Para algunos, la única violencia que merece ser analizada es la relativa a los abusos y violaciones a derechos humanos en que se ha visto implicado Carabineros. Para quienes suscriben esta postura, el solo reconocimiento de las otras formas graves de situaciones de violencia que afectan a la convivencia social sería hacerle el juego al gobierno y una traición al movimiento social. Los daños a la infraestructura, las agresiones diversas, los saqueos, las “tomas”, etc., estarían justificados por la violencia estructural existente en la sociedad. Para otros, esta violencia cotidiana que asola diversos espacios de nuestras ciudades sería una demostración de que la auténtica naturaleza del movimiento social activado en octubre sería la sola destructividad sin sentido y la demostración de que no merece otra respuesta que la represión. Desde aquí, las graves faltas de Carabineros en su accionar serían solo errores comprensibles y excesos ocasionales. A quienes intentan analizar la violencia se les sitúa rápidamente como representantes de alguna de estas posturas y se les descalifica desde el bando contrario.

De un país que vivió en forma trágica, en décadas no lejanas, lo que significa una situación de polarización extrema, de movimientos sociales y políticos que vivieron el error que significa subvalorar la existencia de un régimen democrático, con todas las limitaciones que pueda tener, de una sociedad que experimentó el horror de violaciones masivas a los derechos humanos en la dictadura, no cabría esperar esta repetición de formas de legitimar la violencia cuyas trágicas consecuencias experimentamos de primera mano. Es lamentable constatar, una vez más, que ni las personas ni las sociedades dejan de repetir errores por el solo hecho de haberlos experimentado.

Desde luego, es importante intentar comprender las causas de la violencia actual. Pero eso es diferente de buscar artificios para legitimarla. La crisis social y política que vivimos nos exige más democracia y no menos. Sin instituciones democráticas son solo las balas las que deciden. La democracia se debilita con las acciones de violencia de actores sociales y políticos, y con formas de represión estatal que no respetan los derechos humanos.

Etiquetas