Opinión

Repensar nuestra PSU

En Chile, hoy tenemos la oportunidad de repensar nuestra prueba de ingreso a la Educación Superior, para que realmente sea una evaluación que seleccione de manera integral.

Por: Diario Concepción 11 de Febrero 2020
Fotografía: Eric Forcael Durán

Eric Forcael Durán
Ingeniero Civil, MBA, Ph.D.
Universidad del Bío Bío

Múltiples acontecimientos han ocurrido luego del 18 de Octubre, entre ellos, las manifestaciones que han dificultado la aplicación de nuestra Prueba de Selección Universitaria (PSU), situación que sólo ha podido regularizarse durante estos días. Uno de los motivos que se levantó como posible causa de las manifestaciones, entre otros, es que este instrumento no estaría cumplimiento cabalmente su principal objetivo: lograr una selección integral.

En este sentido, especialistas en Educación Superior y autoridades académicas han planteado fundadas observaciones a la PSU, indicando, por ejemplo, que la antigua Prueba de Aptitud Académica (PAA) -cuya aplicación se realizó entre los años 1966 y 2002—, era incluso mejor instrumento para seleccionar a los postulantes a la Educación Superior, y que la actual PSU requeriría una revisión importante, otorgando mayor flexibilidad y participación de las Universidades en el proceso de selección.

A este respecto, un colega de trabajo me compartía que, cuando él rindió la PAA en los años 70, junto con las respectivas pruebas obligatorias (matemáticas y verbal), en la Universidad a la que postuló se le exigió participar de una entrevista personal, en donde se le preguntaba cuestiones de orden no académico, como por ejemplo ¿por qué te gusta la carrera a la que postulas?, ¿cuáles son tus hobbies?, entre otras.

Y es que una prueba de selección universitaria no puede centrarse sólo en aspectos cualitativos o de conocimiento puramente académico. En países como Estados Unidos, por ejemplo, sus pruebas de selección universitaria (SAT o ACT, según corresponda), no sólo van acompañadas de entrevistas, sino que, además, exigen a los alumnos preparar un dossier con sus actividades extracurriculares (deportes, boy scouts, participación en organizaciones de voluntariado, tales como Cruz Roja, Unicef, etc.). Así, las universidades realizan una ponderación entre todos estos aspectos, para seleccionar al alumno desde una perspectiva tanto cuantitativa como cualitativa.

En Chile, hoy tenemos la oportunidad de repensar nuestra prueba de ingreso a la Educación Superior, para que realmente sea una evaluación que seleccione de manera integral. Sin embargo, como todo proceso serio y responsable, no podemos hacerlo de un día para otro y mucho menos saboteando la aplicación del actual instrumento el que, perfectible, permite que miles de jóvenes opten -en opinión de muchos de ellos-, al sueño de contar con un título universitario; sueño que por estos días se ha visto trastocado.

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