Opinión

La vía Republicana (II)

Por: Diario Concepción 17 de Enero 2020
Fotografía: Diario Concepción

Augusto Parra
Presidente de la Fundación República en Marcha

Podemos desprender de “La vía Republicana I” (publicada el viernes 11) que la República resulta no sólo una forma de gobierno inclusiva, basada en la democracia representativa, la libertad y el respeto al Estado de Derecho. Si no, constituye el máximo guardián de las libertades.

En las asimetrías de Poder inevitables siempre están anidadas sutiles formas de tiranía que requieren regulación y conducción, algunas por la vía de la legislación y el derecho. Y otras que permanecerán en el territorio Natural y que requieren de ciertas virtudes cívicas, morales, éticas y plena observancia al bien común.

Si esta reflexión la vinculamos a lo que ocurre en el Chile actual, podemos afirmar respaldados en las cifras y la evidencia científica que hemos vivido los 30 años de mayor progreso y en que más nos hemos aproximado al desarrollo, lo afirmo con mucho respeto por quienes sienten o piensan distinto y cuyas muchas justas y legítimas demandas, requieren atención y respuestas y asumiendo el sentido de urgencia que muchas de ellas reclaman. Y lo hago para preguntarnos. ¿En que fallamos?… ¿Y si es necesario pensar en una nueva vía al desarrollo?

En mi opinión no fallamos macro estructuralmente, ni en el modelo de desarrollo, el que demostró en las cifras ampliamente su éxito, sino fallamos en la falta de regulación, en la falta de orientación al bien común, fallamos éticamente en muchos de aspectos de la marcha de la nación y eso se puede graficar en infinitos ejemplos, como la colusión de precios, los abusos del sistema financiero, la integración vertical o el trato dispar de grandes empresas o instituciones con sus proveedores más pequeños, en las pugnas de intereses públicos y privados en que la separación de la política y los negocios ha sido superada sistemáticamente y un largo etc.

De ahí que así como la Tercera Vía al desarrollo, al término de la guerra fría y después de la caída del muro representó la evolución de la Socialdemocracia y la respuesta más eficiente de la centro izquierda democrática. Hoy corresponde evolucionar al liberalismo a una vía de desarrollo que recoja las virtudes y su aporte infinito al progreso, pero que asuma sus debilidades, para hacerse más humano, inclusivo, sostenible y enfrente las nuevas amenazas a la libertad que traen los desequilibrios propios de Poder que surgen de la mano del progreso, la generación de riqueza, así como la cuarta revolución industrial y los avances científicos y tecnológicos profundamente disruptivos que nos harán enfrentar nuevas formas de vida y de relacionarnos, llenas de oportunidades pero que en los desequilibrios de Poder tentarán nuevas formas de tiranía, en la inteligencia artificial, en el acceso y manejo de los datos y la información, en las posibles dictaduras digitales, etc… Que obligan al resurgimiento de una vía republicana en cuanto garante de la construcción de un “futuro común en un mundo fracturado”, como dijo Klaus Schwab el 2018, con motivo del Foro de Davos.

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