Opinión

A la búsqueda del Estado sabio

Que la educación está en crisis, nadie lo cuestiona, que el mundo está cambiando los hechos son irrefutables.

Por: Diario Concepción 11 de Enero 2020
Fotografía: Gloria Abarca Berenguela

Gloria Abarca Berenguela
Estudios Doctorales en Filosofía, Universidad París VIII.
Magister en Sicología Social, Universidad París VIII

¿Cómo mejorar la calidad de la educación? Esta interrogante me recuerda la historia del Emperador que le preguntó a Confucio, cómo gobernar el Imperio. Confucio le respondió. “Para gobernar el Imperio es preciso poner orden en los principados, para poner orden en los principados, en preciso poner orden en las comunas, para poner orden en las comunas, es preciso poner orden en las familias, para poner orden en las familias, es preciso poner orden entre el hombre y la mujer y para poner orden entre el hombre y la mujer, es necesario apaciguar los latidos del corazón”.

Cuando la efervescencia del cuerpo social irrumpe con fuerza, cuando los procedimientos y los protocolos y las propuestas de Estado son puestas en cuestionamiento, ¿es lícito recurrir a procedimientos tendientes a abortar la crisis, empleando las llamadas estrategias de crisis, aquellas que excluyen la coexistencia pacífica, debilitando o neutralizando al adversario? Bien conocemos las consecuencias y a qué precio!

Que la educación está en crisis, nadie lo cuestiona, que el mundo está cambiando los hechos son irrefutables. “La idea que nos formemos de tal cambio iluminará la búsqueda de la respuesta teórica y práctica”. Sostiene el consultor español en educación José Antonio Fernández. Se trata de averiguar en que medida y cómo el sistema educativo pueda formar a las personas para que dirijan y gestionen los procesos sociales sin dejarse arrastrar fatalmente por ellos. Cabe preguntarse a qué organización del Estado le corresponde poner en marcha este proceso educativo. ¿Al Estado Empresarial? Al Estado Docente? O al Estado Sabio?

No obstante quien le da significado a la crisis son las respuestas, sin palabras retóricas que intentan convencer que el futuro no será una repetición del presente que lo mismo de lo mismo será diferente oculto bajo otro ropaje.

Vuelvo a replantearme la primera pregunta de este análisis ¿cómo mejorar la calidad de la educación?. El mapa está puesto sobre la mesa con sus cuatros puntos cardinales: al este el Estado, al oeste los actores sociales, al sur el diálogo, y el norte, sin duda, es el ejercicio de la sabiduría!

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