Opinión

Un nuevo año de verdad nuevo

Por: En el Tintero 29 de Diciembre 2019

No cuesta demasiado iniciar una tradición en Chile, sobre todo si es entretenido y gratis. Como las celebraciones de Año Nuevo a base de quemar cerca de un millón de dólares en cohetes de muchísimos colores. Hay otras entretenciones menos caras, nos ha dado por comer lentejas, para que no nos falte alimentación durante el lapso ya mencionado. Otras costumbres pueden ser más elaboradas, no siempre originales, como usar las mujeres, esa noche, ropa interior de color amarillo, lo cual ayudaría a no tener problemas de financiamiento futuro.

Para muchos, el asunto de las doce campanadas tiene que ser seguido por beber champaña, en cosa de segundos, por tanto, se preparan las copas y se manipula para su rápido proceso de apertura. Como es cosa de copiar, hay quienes suben y bajan escaleras con maletas, para asegurarse viajes y paseos. Mientras los más internacionales, tratan de comer doce uvas, una por cada campanada, sin el apoyo logístico del reloj de la Plaza del Sol de Madrid, que está arreglado para tocar esas campanadas con más calma que lo habitual, con el propósito de no atragantar a nadie.

Todos los rituales tienen un común significado, señalar el fin de un período y abrir la puerta a todo un nuevo escenario cargado de ofertas, de todo tipo. Se expresa así el indefinible temor a lo desconocido por venir y la esperanza que los cambios sean para bien. Este nuevo año va a recibir un gran paquete de encargos, más le valga venir dispuesto a ponerle el hombro.

Es un aviso bien repetido para quienes están a cargo, este año debe ser diferente a los anteriores, se están gestando cambios buenos, pero hay que saber hacerlos, a la buena, para iniciar una nueva década.

PROCOPIO

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