Las Pymes requieren flujo de caja y, por eso, necesitan el máximo de apoyo que les permita retomar su normal actividad.
Mauricio Pérez Wilson
Director ejecutivo de EY Concepción
A las cifras de la actividad económica de octubre – que arrojó una caída considerable – se suma el hecho que el Banco Central ha corregido a la baja la proyección de crecimiento para el año 2020, situándolo en un rango entre 0,5% y 1,5%, lo que aumenta el grado de incertidumbre para las Pymes. Por otra parte, estas empresas requieren constante capital de trabajo para poder operar y crecer, lo cual ya estamos viendo afectado por mayores condiciones para el acceso al financiamiento y el plazo en el pago de sus facturas.
Por eso es importante dar celeridad al reciente proyecto de ley que contempla diversas medidas tributarias y financieras destinadas a apoyar a las Pymes para enfrentar este complejo escenario. Dentro de estas medidas algunas apuntan precisamente a inyectarle mayor liquidez.
Por ejemplo, para aquellas empresas que experimentaron una caída de sus ventas en octubre, se establece una devolución anticipada de sus PPM, en un rango entre 20% y 75% dependiendo de la magnitud de la caída; se permite el pago del IVA del periodo octubre, noviembre y diciembre de 2019 en 12 cuotas a contar de febrero de 2020 y sin multas ni intereses; se crea un régimen especial de donaciones para Pyme por un período de 12 meses, donde la sociedad civil pueda aportar donaciones a aquellas empresas que sufrieron pérdidas materiales o bajas importantes en su productividad o ventas, y faculta a los alcaldes para postergar hasta en tres meses la fecha de pago de las patentes municipales de los próximos semestres. Sin embargo, igual se establecen requisitos y limitaciones relevantes para acceder o utilizar estos beneficios, como también obligaciones accesorias de información y comunicación.
En este sentido, si bien las medidas anunciadas van por el camino correcto, debe procurarse que los requisitos para acceder a estos beneficios no sean de tal magnitud que a la postre dificulten su aplicación. Las Pymes están pasando por un momento complejo, requieren flujo de caja y, por eso, necesitan el máximo de flexibilidad y apoyo que le permita retomar su normal actividad en el corto plazo.