Opinión

La eficaz alternativa a los milagros

Por: En el Tintero 06 de Diciembre 2019

Tenemos una explicación siempre a mano para cuando fracasa algún proyecto, cuando alguien falta a sus compromisos, o al observar la envidiable facilidad que tienen algunos para ejercer el delicado arte de sacar a vuelta; se trata de la raza, que todos estos desaciertos y desaguisados se deben a la mala raza, no comparable a otras razas mejores, ante lo cual no queda otra que resignarse.

Puede que existan razas así, culturas a las cuales se les atribuye esta característica, la de ser trabajadores irreductibles hasta la perfección. Es más bien discutible que se trate de una afortunada combinación de genes, hay mucha más evidencia que se trate de una diferencia positiva en el desarrollo de los valores y su implementación. Con un valor en particular; la constancia, aquella que casi siempre está acompañada de logros. Es esa la virtud que mueve a hacer lo necesario para alcanzar las metas propuestas, pese a dificultades o a la natural disminución del entusiasmo con el paso del tiempo.

Para los más envidiosos, que ven el éxito de otros como una avalancha inesperada e inmerecida de buena suerte, puede ser duro reconocer que la mayoría de las veces el éxito no aparece de forma repentina y no tiene nada que ver con jugar a la ruleta. El éxito es más bien consecuencia del trabajo, la constancia y la perseverancia.

La sabiduría de los tiempos no se equivoca, pone en la mente de hombres de todas las épocas las mismas ideas de base; dando a entender lo que hace falta. La gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia, para Ovidio, un romano de tiempos de Augusto.

Para todos los demás, queda la opción del milagro, que a veces ocurre, aunque es más bien milagroso.

PROCOPIO

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