Opinión

Liquidez y flexibilidad, claves para pasar la crisis

Si consideramos que una pyme lleva más de 15 días sin funcionar con normalidad, el flujo de caja empieza a no cuadrar y empiezan los problemas.

Por: Diario Concepción 11 de Noviembre 2019
Fotografía: Andres Benavente

Andrés Benavente
Country Manager Sesocio.com

La foto social no es alentadora, y menos cuando se muestra una y otra vez como postal del desánimo. Desde el mundo financiero y empresarial el panorama no cambia mucho, por eso es importante hacer el llamado a la reflexión para que la crisis no impacte tan brutalmente como se pronostica.

Lo cierto es que más de 6500 pymes se han visto afectadas por el revuelo social que estamos viviendo, contemplando desde las que sufrieron episodios de saqueos hasta las empresas que no han podido trabajar con normalidad por jornadas de producción más cortas o cierre de locales con venta al público.

Si consideramos que una pyme lleva más de 15 días sin funcionar con normalidad, el flujo de caja empieza a no cuadrar y empiezan los problemas. Bajan las ventas, las utilidades y, acto seguido, el capital necesario para cumplir con todos los compromisos financieros, desde créditos, pagos a proveedores, para concluir con lo más desalentador: los sueldos de los trabajadores.

Esto no es magia, hay que decirlo. Con todo lo mencionado anteriormente, la realidad es que lo que más afecta hoy es el problema de liquidez. Sin dudas, este tema requiere de un análisis financiero profundo, pero existen algunas alternativas para alivianarlo. En primer lugar, lo que se necesita es flexibilidad por parte de los acreedores de las deudas de las empresas.

El escenario al que se han enfrentado históricamente las pymes es que antes de los 24 meses de funcionamiento y/o facturación, las puertas en el sistema financiero tradicional están poco abiertas por no decir cerradas, generando una contradicción con la realidad que vive cada una de ellas en la práctica. Aquí la reflexión está en pensar cómo llega una empresa a generar la venta necesaria durante sus primeros 24 meses de vida con un acceso al sistema financiero negado casi en un 100% de los casos. Sin duda, es una pregunta que se han hecho todos los emprendedores chilenos que se acercan por primera vez a un banco a abrir un producto tan sencillo como una cuenta para empresa y se encuentran con la respuesta de: “no cumple con los requisitos”.

Pero, por otro lado, el sistema financiero tradicional, encarnado en instituciones bancarias, levantan la bandera de ser “emprende-amigables” y flexibles con las pymes. La cosa no es tan así como nos la cuentan y no es de ahora. El poco acceso al crédito o la poca flexibilidad que tiene una institución bancaria para evaluar la apertura de ciertos productos es cierta y eso no se condice con su relato, o al menos con ese que nos quieren vender.

Por estos escenarios tan hostiles, las pymes se han vuelto las principales propulsoras de nuevas industrias, como la Fintech, sector con más crecimiento en el último tiempo. Es aquí en donde efectivamente se abre el abanico de alternativas financieras y flexibilidad al acceso para los emprendedores, pymes o empresarios.

Como si fuera poco, últimamente, en tiempos de crisis, también se escuchan a otros actores del mercado mostrando como una alternativa válida el que las pymes se sometan al proceso de quiebra o se adhieran a la nueva ley de quiebra. Una barbaridad que solo lleva a caer en el juego de la legalidad tradicional financiera en el que, sabemos, solo pierden los más chicos.

Es importante sostener que una pyme es un negocio que, en más de la mitad de los casos a nivel nacional, funciona a nivel familiar y adopta a sus trabajadores como uno más de ese grupo. Estoy seguro que la mayoría de esas empresas tiene un real compromiso con sus trabajadores que va más allá de eventuales número rojos o azules.

Finalmente, el llamado es a informarse sobre las alternativas que existen hoy en día en el mercado tradicional como no tradicional. Todos los escenarios son distintos y todos necesitan un producto personalizado, más en tiempos de crisis.

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