Opinión

Y la Salud sigue pendiente

Lo lógico es cambiar al interlocutor y acá es muy probable que esté sucediendo lo mismo, aunque el gobierno pareciera no verlo así.

Por: Diario Concepción 05 de Noviembre 2019
Fotografía: Luis Felipe Vergara

Luis Felipe Vergara PHD
Académico Instituto Salud Pública UNAB

En el reciente cambio de Gabinete realizado por el Presidente Piñera, para muchos quedaron a lo menos tres dudas pendientes. La primera y más visible, por qué en el Ministerio de Salud no hubo cambios, el segundo qué pasó en Educación, donde tampoco se registraron novedades y el tercero qué hace Cecilia Pérez en el Ministerio de Deporte, en este caso uno entiende que haya enroques entre los Ministerios, pero sacar a una ministra que estaba haciendo bien su pega, como es el caso de Pauline Kantor, para reemplazarla por alguien que estaba ante la opinión pública haciendo mal su trabajo, no pareciera tener lógica o no al menos de manera evidente.

Sin embargo, lo más complejo está en el Ministerio de Salud. Son claras las diferencias que hay entre el ministro Mañalich y varios sectores de la salud, ya sea por el tema de la ex Posta Central, diferencias con el Colegio Médico y por el permanente tema de los remedios, el que ha pasado en el último tiempo desde la importación directa desde la India, exigencias para bioequivalencias, hasta bandas de precios para remedios de marcas, sin llegar ninguna a cercanamente concretarse.

En la encuesta “Chilecracia” que recopiló 90 propuestas de la gente para una mejor calidad de vida, y en la que participaron 79 mil chilenos; dentro de las diez primeras demandas, cuatro tenían relación con salud: el seguro universal, limitar el precio o ganancias de medicamentos, reducción del IVA a los remedios y la creación de un seguro para enfermedades catastróficas. Ante eso, Mañalich ha redundado en propuestas que no llegan cercanamente a implementarse.

¿Qué pasa entonces? Si todas las medidas apuntan al alto costo para los chilenos de los medicamentos, es sabido, además, que, de acuerdo con la última encuesta del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, en promedio, los hogares chilenos gastan un 13% de sus ingresos en remedios y que reducir su valor, trae consigo un alivio inmediato, sorprende entonces que se siga analizando en el ministerio cual es la mejor solución.

Si el Gobierno lo que busca es disminuir este 13% de gasto, la solución pasa por asegurar un “Plan de Salud Universal” -columna vertebral de la Reforma Integral al Sistema de Salud- que considere la bonificación de medicamentos. Al lograr cobertura, se ataca directamente el gasto por dos vías: bajando los precios, creando un poder comprador institucional público y privado que presionarán a la baja los mismos, y por otra, ataca directamente el gasto de las personas por la vía de cubrir un porcentaje del gasto real, aliviando en algo, la alicaída economía doméstica.

Siendo así y estando la propuesta sobre la mesa, pareciera que la solución no pasa por ahí y, entonces, volvemos al ajuste ministerial. En negociación se dice que cuando los conflictos se entrampan, lo lógico es cambiar al interlocutor y acá es muy probable que esté sucediendo lo mismo, aunque el gobierno pareciera no verlo así.

El estilo del ministro Jaime Mañalich pareciera estar más en la profundización del problema que en la búsqueda de la solución y es por lo mismo que se hace complejo su rol como el interlocutor del gobierno y quizá sea más sano avanzar prontamente en una mesa técnica con expertos de diferentes áreas, que se ponga a trabajar en hacer de las propuestas del gobierno, soluciones reales.

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