Opinión

Mala Feminista

Por: Diario Concepción 05 de Noviembre 2019
Fotografía: Alicia Rey Arriagada

Hace ya unos meses fui a realizar la habitual compra de libros semestral para aportar a mis estudios, mi biblioteca y a la bibliografía de mis alumnos tesistas. En la bolsa incluí – por alguna inexplicable razón- un texto que no prometía mucho. Con pinta de best seller (de esos que detesto) traje conmigo a Roxane Gay y con ella su obra: Mala Feminista (2014). Por varias semanas permaneció inmóvil en mi oficina hasta que un fin de semana la llevé conmigo para “matar el chuncho”.

Comencé la lectura casi obligada y con un dejo de desconfianza para averiguar qué tenía para ofrecer esta gringa. Al poco de avanzadas las páginas, me rendí. Sencillamente me rendí. Roxane Gay me conquistó. Tiene la particularidad de reírse de sí misma, pero públicamente y además plasmarlo por escrito. Mujer negra, soltera, de 45 años, que parte por reconocer sus propios privilegios (a pesar de la violación grupal de la cual fue víctima a los 12 años) antes de gimotear por aquello que no le es dado en una sociedad tan dura como la estadounidense y al interior de un gremio tan hosco como el académico.

Sin embargo, el título del texto me seguía intrigando. Pronto lo entendí y no pude menos que identificarme. Gay se declara mala feminista, pues como ella misma dice, “acepto abiertamente la etiqueta de mala feminista. Y lo hago porque no soy perfecta, soy humana. No soy muy versada en su historia… Tengo algunos intereses, rasgos de personalidad y opiniones que puede que no se alineen con el feminismo dominante, pero soy feminista.” Leer esa y otras afirmaciones no hizo más que reafirmar lo que tantas veces he pensado. ¿Es que esta nueva oleada de feminismo debe conllevar a que todas pensemos igual? ¿A que creamos en un sólo feminismo? ¿A que sin darnos cuenta nos hagamos eco de la caricatura absurda de feminista neurótica, defendida por varios a partir de la ignorancia? o que ¿invalidemos el trabajo intelectual de los hombres por el sólo hecho de ser hombres, blancos, privilegiados por el sistema heteropatriarcal? En las páginas de Mala Feminista, Roxane Gay se rehusa a ello y yo la acompaño en su decisión.

Al igual que ella me declaro una “mala feminista”. Me gusta hojear revistas de moda. Ver programas de cocina. Enterarme de las tendencias en decoración. Tampoco voy a las marchas, porque -como le dije a una amiga alguna vez- mi lugar al interior del feminismo está en el aula, en los estudios de género y en la crítica social. No en la calle levantando pancartas.

Creo que no todas las mujeres deben ser feministas. No tienen por qué serlo. Hay algunas que querrán seguir jugando el rol de bellas durmientes y con ello hacerse cargo de los pros y los contra que tiene tal decisión. En tanto existirán otras que sí decidirán dar la lucha con los ojos bien abiertos. Pero al interior de ese grupo también debe respetarse la diversidad. ¿O es que por hornear galletas en casa una mujer está replicando el modelo heteropatrialcal? A mis ojos, no necesariamente.

He dedicado parte de mi carrera profesional a estudiar a las mujeres. Es interesante el estudio de mi género. Desde muy joven- gracias a grandes maestras de la Universidad de Concepción- estos estudios fueron marcadores. Contribuyeron a formar mi identidad y a entender quién soy, porque cuando se está al interior de este camino ya es muy difícil salir y mirar el mundo con otros anteojos. Sin embargo, creo que este mundo feminista tiene matices y es bueno que los tenga. Ello nos enriquece a todas y a todos.

Luego de leer Mala Feminista confieso que así como Roxane Gay acepta que le gusta el rosado, yo me reconcilié con Sting y su canción “Every Breath You Take”, la cual producto del contexto feminista, ya ni el mismo se atreve a cantar.

Alicia Rey Arriagada
Periodista y profesora de Español
Magíster en Comunicación Social
Académica Ucsc

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