Opinión

Cantidad de recursos hídricos, pero también calidad

Por: Diario Concepción 17 de Octubre 2019
Fotografía: Christian Schmitz

Christian Schmitz Vaccaro
Rector Universidad Católica de la Santísima Concepción

Entre las diversas crisis ambientales que se han desatado con el Cambio Climático y nuestra falta de acción decidida, la escasez de agua conjuntamente con la consecuente sequía, constituyen una situación de nivel más que crítica. La disponibilidad en nuestro país ha disminuido en más de un 30%, especialmente entre las regiones de Coquimbo y la Araucanía, mientras un 76% de nuestro territorio está siendo afectado por una creciente desertificación y degradación de los suelos, producto de la deforestación y plantaciones de bosque exótico que consumen mucha agua.

Debemos dejar atrás la creencia de que el agua es un recurso ilimitado, o ( fácilmente) renovable, al igual que darle crédito a supuestas teorías de conspiración. El problema ambiental es real, y es ahora, a nivel global. No se trata tampoco de llevar agua desde un área geográfica a otra –desvestir a un santo para vestir a otro-, suponiendo que lo que nos falta en una zona, es abundante en otra. Ulrike Broschek, subgerenta de Sustentabilidad de Fundación Chile y líder de la iniciativa “Escenarios Hídricos 2030”, en una reciente entrevista expresó muy claro: “El desarrollo productivo del país, con actividades extractivas como la minería, la agricultura y el área forestal necesitan mucha agua en sus procesos y, ante el escenario de escasez, se sostienen sobre la base de las reservas.” El factor climático ha sido muy importante en la fuerte disminución de las precipitaciones de agua lluvia y de las reservas de agua, pero así también ha sido un factor relevante el mal manejo del recurso hasta ahora.

La crisis requiere de innovaciones responsables con el medio ambiente y la humanidad, pensando no sólo en resolver el problema actual, sino también en ser capaces de revertir las consecuencias que estamos viviendo con el Cambio Climático, y que serán aún más severas con las futuras generaciones. La eficiencia en la demanda de este recurso no sólo aplica para los grandes sectores productivos que, por su actividad registran altos volúmenes de consumo. También requiere que los centros de generación de conocimiento asuman esta preocupación como una línea de investigación importante.

La reciente aprobación de proyectos FIC en la Región del Bío Bío, abrió el apoyo a una iniciativa que apunta a este tipo de soluciones, reuniendo al sector público y privado, la comunidad, empresas y universidades. En un trabajo conjunto, desarrollarán un “Observatorio de la calidad del agua del Bío Bío para la gestión hídrica de riego”, contemplando una red de monitoreo y control de la calidad de aguas superficiales y subterráneas a nivel regional y la formación de capital humano.

Ello permitirá proyectar el monitoreo y gestión eficiente del agua, a través de tecnologías de información e Internet de las Cosas (IoT) para la adecuada toma de decisiones, en ámbitos de gran relevancia que hoy se ven afectados, como la agricultura, el consumo humano y la industria. Queda claro, que con programas y acciones remediales que no priorizan única y exclusivamente intereses económicos de unos pocos, podremos revertir la situación de emergencia actual y generar valor para nuestra sociedad y nuestro futuro.

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