Concepción cuenta con diversos cuerpos de agua, ampliamente visitados. Sin embargo, la Laguna Lo Pineda, emplazada en el sector Chaimavida, una de las áreas más hermosas de la ciudad penquista, es casi desconocida debido a su aislamiento del área urbana. Su forma de herradura es el testimonio de haber sido un antiguo meandro del río Andalién, que quedó aislado por la construcción de la carretera.
Todavía hay un relativamente limitado desarrollo habitacional en los márgenes y sectores aledaños a la laguna, que se encuentra protegida por un área libre en su entorno, una situación que debe tomarse muy en serio al momento de presentar planes de manejo, para asegurar y mejorar el estado de conservación de la laguna, cada vez más tentadora al siempre avizor ojo inmobiliario.
Según los expertos, la comunidad vegetal dominante es de juncos, igualmente en la franja litoral se observa vegetación autóctona aislada y plantaciones de especies exóticas. La principal advertencia es que ese cuerpo de agua, desde el punto de vista funcional, afecta el transporte de materia disuelta y en suspensión, ayuda en el control de inundaciones, actúa como recarga de acuíferos y permite la conectividad ecosistémica. Químicamente contribuye al ciclo de nutrientes y biológicamente contribuye a la productividad primaria, es fuente de alimentación, proporciona zonas de cría y refugio, contribuyendo a la biodiversidad.
Se avecinan problemas para la laguna, por muy vinculada a la reserva Nonguén que esté, ya hubo los usuales abusos, extracción de rocas, tala de bosque nativo. El avance de la ciudad es una amenaza que debe vigilarse muy de cerca. Cuidado con el poderoso Don Dinero.
PROCOPIO