Tal y como puede verse a la entrada de un juego altamente popular de un parque de diversiones, con una larga fila de niños impacientes esperando que les llegue su turno, entrada en mano, así estaban los escaladores del Everest. Hace pocos días, en una jornada sin precedentes, más de 200 de estos deportistas extremos coronaron la montaña más alta del planeta protagonizando uno de los hechos más insólitos de la historia: un atasco de personas a más de 8.000 metros sobre el nivel del mar.
El Everest, bastante abusado en los últimos años, repleto de basuras y residuos de cientos de expediciones, tiene ahora el dudoso privilegio de ser la montaña con la congestión más alta del mundo. Aunque todavía no se tienen una cifra exacta, las autoridades de la zona reconocen que fue la jornada más intensa de la temporada con más de 200 montañistas tratando de alcanzar la cumbre. La insólita cola de montañistas se puede apreciar en una sorprendente fotografía en la cual se aprecia una larga fila de personas esperando su turno para coronar la cima.
Los funcionarios del gobierno nepalí están felices, que el negocio va viento en popa, sin contar lo que cuesta llegar por esos confines, hay que disponer de 40.000 a 60.000 dólares para el permiso, estadía, alimentación, y un casi interminable etcétera. Bien mirado, es una relación deteriorada de precio-beneficio, ya que cada vez son más los héroes y eso le quita mucho brillo a cada héroe en particular.
Pero en fin, la vida es una sola y para algunos el minuto de fama es invaluable, para otros el verdadero heroísmo es portarse como la gente cada día que pasa, aunque, salvo para la familia y conocidos, se pase por este mundo sin hacer ruido.
PROCOPIO