Opinión

Los libros siguen vivos y despiertos

Por: Procopio 23 de Abril 2019

Se ha elegido éste como día del  libro porque, casualmente, nacen y mueren figuras imborrables de la literatura. Un 23 de abril de 1564 nació William Shakespeare y ese mismo día, pero de 1616, murió este insigne dramaturgo, además de Miguel de Cervantes, Saavedra y Garcilaso de la Vega. La fecha también coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores. Por este motivo, esta fecha fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural.

En esta época, el libro ha sido amenazado de extinción, los medios electrónicos han proclamado su pronto reemplazo, ante las ventajas de tener una biblioteca entera en un objeto de dimensiones reducidas. Sin embargo, el libro permanece, un misterioso vínculo afectivo invita a lectores incansables, las ferias de libros atraen multitudes, los nuevos libros tienen recepciones alborozadas. El libro goza de excelente salud, aunque para muchos jóvenes chilenos el libro es un insoportable anacronismo, sin saber que muchas veces hay en ellos  mejores noticias que en sus destellantes pantallas.

Sigue siendo valedera la centenaria observación que este producto puede ser el mejor medio de preservar el espíritu del hombre y quedar allí, a la espera de un nuevo lector cautivado que despierte nuevamente una voz antigua, hermanada a pesar del paso del tiempo

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